EL
ORIGEN DE LA ORACIÓN DEL MARINO
Capitán de
Navío ( R ) Ricardo García Bernal, del Consejo de
Historia Naval
A principios del siglo XX, las relaciones
entre el Estado Italiano y la Iglesia Católica estaban en un
punto especialmente crítico, llegando a
extremos
violentos. Como parte de la persecución desatada contra la
Iglesia, el
gobierno había prohibido toda manifestación
religiosa en las ceremonias oficiales, y las dependencias del Gobierno,
incluidas las unidades de
la Marina de Guerra.
El capitán de fragata Gregorio
Ronca, segundo
comandante del crucero acorazado “Giuseppe
Garibaldi”, quien era un hombre profundamente
católico, interpretando la necesidad que tenía su tripulación
de un respaldo a su fe, encontró prudente
tener una oración que se pudiese utilizar sin
contravenir las órdenes del Gobierno.
No teniendo contacto directo con la
jerarquía católica, el capitán Ronca
se valió de su amistad con la marquesa Eleonora Pallavicini,
quien comunicó esta inquietud al obispo de Cremona,
Monseñor Geremia Bonomelli. El obispo, a quien la iniciativa
del capitán Ronca le llamó la
atención, a su vez tomó contacto con don Antonio
Fogazzaro, prolífico y notable escritor, y le
encargó escribir una plegaria, que conteniendo un profundo
sentido religioso, no contuviera una alusión directa a
ninguna religión en concreto, ni hiriera susceptibilidades
en el Gobierno.
El 18 de enero de 1902, don Antonio
Fogazzaro entregó al capitán Ronca el texto de la
plegaria, solicitada: (ésta versión que conocemos
los marinos colombianos difiere ligeramente del original italiano)
A ti, ¡Oh grande y eterno Dios!,
Señor del cielo y del abismo,
A quien obedecen los vientos y las olas
Nosotros, hombre de mar y de guerra,
Marinos de Colombia
Desde nuestra bases y santa naves,
armadas para la patria
elevamos nuestros corazones.
Salva y exalta en tu fe,
¡ Oh gran ¡ Dios a
nuestra nación,
Da justa gloria y poderío a
nuestra bandera,
Pon sobre el enemigo al terror a ella
Y haz que siempre
la ciñan como defensa
Pechos de hierro, más fuertes que
el acero
Que acoraza nuestros naves y nuestras armas
Y dale por siempre la victoria.
Bendice ¡ Oh señor!
Nuestros hogares lejanos, nuestros seres queridos
Bendice al caer la noche, el reposo de nuestro pueblo,
Y bendícenos a nosotros, que por
asegurarlo, velamos en armas sobre el mar
¡ Bendícenos,
señor ¡
La plegaria, que el señor
Fogazzaro había titulado “Plegaria Vespertina para
la Real Marina de Guerra”, se dio a conocer oficialmente el
23 de febrero, en una ceremonia en la que un
grupo de damas genovesas hizo entrega al buque, de una bandera, con su
texto bordado en ella. Fue un hecho histórico el que un
obispo católico, precisamente Monseñor Bonomelli,
presidiera una ceremonia a bordo de una nave de la marina de guerra de
la Italia de entonces.
La plegaria, cuyo nombre oficial era el de
“Plegaria del Marino Italiano”, se hizo conocer en
la Flota del Mediterráneo como la oración
“del Garibaldi” pero por su profundo significado
religioso, pronto se popularizó en otros buques de la Marina
Italiana, y posteriormente en otras marinas del mundo. El
capitán de navío Agnelli, comandante del “Garibaldi”, obtuvo
autorización para rezar la oración en el
buque durante la navegación a la hora de arriar
el pabellón, y después de las misas.
El crucero acorazado “Garibaldi”, (clasificación
oficial del buque), escenario de éste singular episodio,
posteriormente fue hundido por un submarino austriaco durante la I
Guerra Mundial (julio 18 de 1915) en el área del puerto de
Gravosa, cuando zarpaba en cumplimiento de una misión de
guerra.
En Colombia, el presbítero
Francisco Antonio Soto Montoya, en ese entonces capellán de
la Base Naval de Barranquilla y el capitán de corbeta
Germán Gómez Ramos, hacia 1964 tradujeron y
modificaron ligeramente la plegaria para adaptarla a nuestra Armada, en
la cual desde entonces, por medio de esta hermosa oración se
invoca a nuestro grande y eterno Dios, y se conoce
sencillamente como la “Oración (o plegaria) del
Marino”.
Referencias:
Artículo
de Alejandro Schembri Carrasquilla, publicado en el diario
“El Siglo”, de Bogotá, de noviembre 6 de
1986, y reproducido en la revista “Armada”.
Documento de la
Capellanía General de la Armada de Colombia.
Página de la Armada Italiana en la Internet.
Información verbal del teniente de
navío ( R ) Fabio Gordillo Campo, egresado de la Escuela
Naval de Livorno, al igual que el capitán de corbeta ( R )
Germán Gómez Ramos.
A los
marinos de Colombia se dedican estos trabajos de
investigación. Los PAÑOLES DE LA
HISTORIA, son un homenaje al pasado
que como el mar, es infinito e inescrutable, pretendiendo rememorar la
historia, convirtiendo la pluma en espada, los argumentos en
un cañón y la verdad en un acorazado.