Unidos
por el mar
y
exhaustos por el último poste |
No 69
Febrero /
2006 |
Informativo
virtual
para
integrar la familia naval
colombiana |
El termómetro marcaba 32 grados centígrados a la sombra. Y resolvimos entrar al Café La Tagua a tomarnos una “Costeña’’ helada. Su propietario don Francisco Cabrera, viejo pionero de la región y veterano del conflicto de Leticia, nos hizo largas reminiscencias de las caucherías con varios relatos de crímenes y depredaciones de la Casa Arana, con todo su cortejo de ingratos recuerdos de la época en que la amazonia colombiana era llamada el “Infierno Rojo”. Con voz subida de tono, nos dice:
“¿Y no conocen al negro Brown? “. “Fue el capataz de los verdugos de la Casa Arana”. Le dicen en toda la región “Mister Brown’’.”Trabaja en la base naval”.
Nunca sospechamos que un personaje de “La Vorágine’’ estuviera cerca de nosotros. Se nos grabó el nombre: negro Brown. Le dicen “¡Mister Brown!”.
Después de oír a nuestro huésped interesantes narraciones sobre las caucherías, vida de los indígenas y más reminiscencias de la Casa Arana, nos despedimos rumbo a Puerto Leguízamo.
El nombre de “Capataz de los verdugos” fue el tema de conversación de sobre mesa. Por la noche, en el confortable camarote del “ARC Leticia” que gentilmente el Comandante de la Base Naval había asignado a los expedicionarios, la conversación recayó sobre ese extraordinario personaje. Vinieron a cuento la vida azarosa de Arturo Cova, el esfuerzo vital de Clemente Silva y la explotación de los indios por los caucheros blancos. Y nos dormimos profundamente.
El despertar fue maravilloso. A unos pocos centenares de metros la esplendorosa selva del Putumayo aparecía a nuestra vista y frente a nosotros la frontera del Perú. Después del desayuno en la Cámara de Oficiales preguntamos por Mister Brown al oficial de guardia, teniente Vargas, quien amablemente lo hizo llamar por el altoparlante: “Señor John Brown presentarse al Comando de la Base”, por tres veces consecutivas. Esperamos media hora. Viendo que Mr. Brown no aparecía, el Teniente Vargas nos indicó a lo lejos una casita blanca, lugar de su residencia y dijo que el negro trabajaba en la remonta como encargado del gallinero.
A las 3 p.m. fuimos en grupo a visitarlo. Traspasamos la puerta de un extenso lote cercado de malla de alambre con una casita al centro. Saludamos en voz alta: “¡Buenas tardes señor Brown!”, le dijimos. –Somos de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano y estamos en gira de estudio. Deseamos que el país conozca las posibilidades, problemas y necesidades de esta región. “Muy bien”, contestó secamente.
Nos encontramos frente a un negro de 1.85 metros de estatura, blanco de canas, sin dientes y algo de desconfianza. En su buena época tuvo que ser un gigante pues a pesar de sus 85 años, bien vividos, denota que fue un dominador de hombres y manigua. En un español con marcada pronunciación extranjera nos contestó a la primera pregunta, amablemente, no sin antes haber cambiado ideas sobre avicultura y diferentes aspectos de la región. Cuando ya le inspiramos más confianza, Roberto Sanabria, estudiante de Recursos Naturales y avicultor, le habló de colega a colega, soltándole la primera pregunta.
-¿Dónde nació usted, Mister Brown?
- Nací en Chicago en el año de 1873. Es la ciudad a orillas del Lago Michigan. Soy nieto de esclavos.
- ¿Qué lo trajo hacia estas tierras? Le preguntó nuevamente.
- Pues la leyenda del oro líquido (el caucho) atrajo a muchos blancos y a muchas gentes de todo el mundo. Yo trabajaba como maquinista en barcos ingleses y me vine en uno que navegaba al Amazonas. Me embarqué en 1903.
- ¿Conoció a los dueños de la Casa Arana?, le preguntó Monroy.
- Los conocí a todos, hasta los fundadores. Y nos explica que la casa Arana fue fundada por unos colombianos, los Calderón y el pastuso Benjamín Larrañaga. Estos se asociaron a los peruanos Julio, Lisandro y Abel Arana y Carlos Seminario, para constituir la firma “Larrañaga, Arana y Cía.”, que más tarde se convirtió en “Arana Hermanos” y después en “The Peruvian Amazon Co.”, con sede en Londres.
- ¿En qué año comenzó a trabajar en esa Casa?
- Me contrataron en Iquitos en 1903 y trabajé con ellos por todo el Amazonas, principalmente en los ríos colombianos, hasta 1911.
- ¿Cuántos indios trabajaban en la Casa Arana?
- Alrededor de sesenta mil indígenas.
- ¿Y cómo era la cacería de indios?
- La Casa Arana organizaba con unos 200 capataces partidas de caza para capturar indios con destino a las caucherias.
- ¿Y por orden de quién se hacían?
- Pues por orden de los altos empleados de la Casa.
- ¿Y quiénes eran los capataces de la Casa?
- Los mismos indios servían de capataces.
Seguí yo interrogándole y pregunté quienes flagelaban a los indios.
Se quedó pensativo y contestó:
- Como le dije, los mismos indios tenían sus capataces que eran los flageladores.
- ¿y usted de quién dependía?
- Mi jefe era el peruano Abel Agüero. Pero los había de otras nacionalidades.
- ¿Cómo trataban los blancos al indio y qué salario le pagaban?
- Por todo salario el indio recibía un pantalón y una camisa cada tres meses después de haber entregado su cuota de trabajo que consistía en muchos kilos de caucho. La comida tenía que procurársela el indio, pescando y cultivando la yuca para hacer la “fariña” en sus horas libres que, por ciento, eran muy escasas.
- Se dice que cuando el indio no cumplía con su cuota de trabajo lo azotaban con látigo. ¿Es cierto?
- Si no cumplía con sus obligaciones al indio lo azotaban sus mismos capataces con un látigo, hecho de cuero de danta, con cuatro chicotes en sus extremidades. Había muchos que no resistían el castigo y morían.
- ¿Cómo supieron en el mundo las atrocidades de la Casa Arana?
- Cuando la Casa Arana se transformó en la Peruvian Amazon Co vinieron Mr. W.E. Hardenburg y otro periodistas a quienes yo les denuncié los crímenes que estaban cometiendo los peruanos y les di todos los datos que sirvieron para publicar el Libro Rojo del Putumayo, publicado por el Gobierno Inglés, para relatar al mundo las atrocidades de la Casa Arana, en donde se afirma que en 10 años el número de los indios se redujo de 50.000 a 10.000, lo que dio un promedio de 4.000 asesinatos por año. Yo tenía un manuscrito con valiosos apuntes que me lo hicieron desaparecer los peruanos. Y también me quisieron asesinar. Pero un amigo me avisó a tiempo y me salvé milagrosamente. Mr. Brown cree que está viviendo en esa época y finaliza el párrafo: “Los peruanos me mascan pero no me pasan”.
Le pregunté si él conoció a los personajes de “La Vorágine”: se pone serio y con algo de mal humor denota que el tema no le agrada y dice:
- Esa es pura novela. Dice muchas mentiras. José Eustasio Rivera no estuvo aquí. Esa novela no es de él. Para escribirla le compró el manuscrito a Arturo Cova, recogió datos de Miguel Pezil, de Larrañaga y del Libro Rojo del Putumayo.
Le pregunté si había conocido a esos personajes y dijo:
- Conocí a Arturo Cova y a Miguel Pezil y a Alicia. La turca no existió – Se refería a Zoraida Airam-. Había muchas por el estilo y de diferentes nacionalidades.
Es todo mentira, ¡pura mentira!
Esperamos que se calmara un poco y le ofrecí un cigarrillo.
- ¿No piensa regresar a su patria Mr. Brown?, le dije.
Contestó con un rotundo no. Nos explicó que cuando alguna vez estuvieron funcionarios de la Embajada de los Estados Unidos, inclusive el propio Embajador conociendo el Putumayo, él había hablado con todos, quienes le hicieron la misma pregunta a lo cual Mr. Brown les dijo mostrándoles su piel: “Allá no quieren a los negros, prefiero quedarme en la selva”. Y mostraba con el índice la piel de sus manos morenas.
Lo notamos un poco cansado y resolvimos no hacerle más preguntas. Pero no parecía tal, pues se levantó del asiento y sacó una maleta que tenía debajo de la cama rodeada de un mosquitero. La abrió con cuidado y extrajo de varios sobres algunos papeles, entre otros, unos certificados por servicios que prestó durante el conflicto con el Perú. Y nos habla con vehemencia de que en dos oportunidades luchó por Colombia. En el sitio de La Pedrera, al mando del General Gamboa, en 1912, con un grupo de 30 valientes pusieron a raya 400 soldados peruanos, comandados por el más tarde Mariscal Benavides, hasta que lograron burlarlos y, cumplió, más tarde, varias misiones importantes durante el conflicto de Leticia. Nos muestra, haciendo ademán de satisfacción un documento que indica la misión pormenorizada que cumplió a través de la selva en medio de grandes penalidades.
Le preguntamos si no tenía familiares. Y con una sonrisa nos dice.
- He tenido 18 hijos en la amazonía, sus madres son brasileras, peruanas y colombianas, todas murieron. Además he sido colono, fundé a Puerto Brown, sobre el Putumayo, del cual no existe sino el sitio.
En la selva retumbaba un nombre: Brown… Brown…
Tomado de: Molano Campuzano, Joaquín. LA AMAZONIA , MENTIRA Y ESPERANZA. Ediciones de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. 1973
De otras regiones del país llegaron Fabio E. Ruiz Barón, Pablo Edgar Zapata Cuesta, Jaime Vargas, Roberto Montoya Robledo, Hernán Galvis Moreno, Hernán Galvis Rubio, Jorge Lozano y muchos más.
Los integrantes del contingente Nº 19 entre otros fueron: Gerardo Polanía, Luís Meza, Diego Velásquez Rodas, Alberto Cruz Torres, Alberto Cubillos Peña, Máximo Caldas Minning, Hernando Herrera Padilla, Moisés Victoria Azula, Julio Sosa Bernal y Julio Roberto Vargas Correa.
Estos tres últimos nombrados, fueron enviados a la Escuela Naval Arturo Prat de Valparaíso Chile a principios del año, donde estaban ya dos cadetes del contingente Nº 18, Rienzi Calderón Niño y Campo Elías González Guevara.
A finales de Octubre, cuando finalizábamos nuestro Preparatorio “B” los del 20’ y el Preparatorio “A” los del 19, escogieron a los más antiguos de cada contingente para viajar a bordo de la Fragata “Almirante Padilla” a Valparaíso, Chile, para rendir honores al General Ibáñez del Campo, quien por votación popular había sido elegido presidente constitucional de Chile.
Durante el viaje de ida que tomó 13 días y el de regreso que requirió 14, continuamos las clases faltantes e hicimos los exámenes de fin de curso. En Valparaíso duramos 14 días completos y como llevábamos cadetes de 1º, 2º, 3º y 4º Año que componían el destacamento Naval y 40 Alféreces de la Escuela Militar del Curso Ramón Nonato Pérez, hicimos desfiles de honor en Valparaíso y en Santiago, además de la presentación a bordo de la Fragata, fondeados en la bahía de Valparaíso.
Al regresar a Cartagena en los primeros días de Diciembre de 1952 y por haber finalizado satisfactoriamente los estudios, fuimos promovidos al 1er. Año y enviados con veinticinco días de vacaciones a nuestros respectivos hogares.
Al regreso en Enero de 1953, se nos avisó que la Misión Naval Chilena, que operaba en la Escuela Naval de Colombia con doce oficiales como profesores especialmente de los cursos mercantes, habían abierto un Concurso para que los que resultaran entre los cinco mejores alumnos después de exámenes de concurso, podríamos ir a continuar la carrera en la Escuela Naval de Chile.
La verdad, yo no quería inscribirme para la tal competencia pues el viaje que acabábamos de hacer a Chile me hizo temer que el frío excesivo me hiciera enfermar pues ese país tiene estaciones. El Brigadier Mayor de la Escuela Toro Uribe, me obligó a inscribirme pues yo había quedado como el cadete más antiguo de mi curso en el año anterior.
Hicimos los exámenes y saqué de nuevo el primer lugar. Cuando el Capitán de Corbeta Jorge Taua Suárez, Director de la Escuela Naval me comunicó oficialmente que era el primer elegido para viajar, le dije muy claramente que preferiría continuar en Colombia pues no querría perder mi antigüedad por viajar al extranjero. El Capitán Taua me dijo que no me preocupara, que por escrito me garantizaría que no perdería mi antigüedad y que si me iba de primero regresaría de primero y que además acababa de hablar con mi padre, quien había dado autorización para mi viaje a Chile.
Viajamos a Bogotá y de allí a Santiago de Chile en dos jornadas a bordo de los super-constellation de la época los siguientes cadetes: Agudelo Rudas Francisco, Beltrán Barragán Fernando, Cubillos Ortiz Humberto, Villafrade Ruiz Augusto y Fabio Ruiz Barón.
En Chile duramos hasta Febrero de 1958 habiéndonos graduado el 20 de Diciembre de 1956, los ocho estudiantes, como Tenientes de Corbeta, y efectuado el Crucero de Instrucción de 8 meses en el Buque Escuela “Esmeralda” y en el Transporte de Ataque “Presidente Pinto”.
Pero de acuerdo al Decreto de Ascenso Nº3143 del 3 de Diciembre de 1955, nos graduamos en la Escuela Naval Almirante Padilla, como Tenientes de Corbeta. Cuando deberíamos ir a las Escuelas de Especialidades el gobierno nacional nos suspendió la Comisión de Estudios y regresamos a Bogotá Colombia, donde el Jefe de Personal de la Armada, Capitán de Corbeta Jairo Mantilla D., nos destinó a diferentes unidades y/o guarniciones. En Octubre de 1958, se nos ordenó hacer un curso que se denominó de “Nivelación para Ascenso” en la Escuela Naval. Dicho curso finalizó en los últimos días de Noviembre de 1958 y en ese curso obtuve nuevamente el Primer Puesto, que posteriormente me serviría para que se me impusiera la Medalla Militar Antonio Nariño y se me destinara a un Curso en el Exterior, el cual hice en Philadelphia, Pensilvania, USA, por espacio de 24 semanas.
Los integrantes del Contingente 19 y 20 se fusionaron a partir del mes de Febrerote 1953. Después de nuestra Comisión de Estudios a Chile, la Armada hizo otra escogencia entre nuestros compañeros para que fuesen por tres años a estudiar a Inglaterra. Los que viajaron fueron Diego Velásquez Rodas, Jaime Sánchez Cortes, Luís A. Mesa y Jorge Lozano.
Diego Velásquez R. se retiró siendo Teniente de Corbeta y algunos años después murió en Barranquilla, donde se había casado con Elizabeth Rash. Jorge Lozano Rojas, se retiró también muy temprano y en octubre del 2005 murió en Bogotá. Julio Vargas C., ascendió hasta Capitán de Fragata y murió el 16 de agosto de 2004 en Barranquilla. Moisés Victoria se retiró de Teniente de Fragata y laboró mucho tiempo con Agromar. Actualmente está en México laborando para la Agencia Naviera de México. Julio Sosa B. se retiró de Teniente de Navío. No se ha podido saber de él hace diez años. Fernando Beltrán se retiró de Teniente de Navío, viajó a U.S.A y estudió y se graduó como Ingeniero Electrónico en M.I.T. en Boston, Mass. Con honores e hizo varios master y doctorados. Actualmente es Consultor de Raytheon en asuntos de antenas electrónicas. Vive en Boston, USA. Villafrade se retiró de Capitán de Fragata. Vive actualmente en Cartagena. Cubillos Ortiz, se retiró de Capitán de Navío y tiene empresas en Cartagena actualmente.
Fuimos haciendo Cursos para ascenso a Tenientes de Navío, Capitanes de Corbeta y finalmente para Capitanes de Fragata en 1971 en la Escuela Superior de Guerra.
Yo me retiré en junio 2/72 a voluntad propia pues para entonces mi familia se componía de 5 hijos y la esposa y trataba de ganar mas dinero para poder educarlos bien.
Me radiqué en Barranquilla y en diciembre de 1972 en compañía del Mayor General ® César Cabrera Forero (+), del Cap. De Navío ® Ciro Fernández Gutiérrez (+), del Mayor ® Jorge Delgado Silva (+), del Mayor ® Miguel A. Mafiol (+), del Mayor ® Guillermo Saldarriaga M., del Capitán de Corbeta ® Carlos Troncoso C., del Capitán ® Ernesto Arrázola Madrid y del Teniente ® Enrique Arce Navarro, fundamos la Seccional del Atlántico de ACORE, nombrando como presidente al General Cabrera. Desde julio/72 laboré ad-honorem para la Defensa Civil Colombiana en calidad de Delegado de la Dirección Nacional para la Segunda región (Atlántico, Magdalena y Guajira). En esta institución y bajo el mando del General José J. Rodríguez R., trabajé hasta Abril de 1944 cuando solicité mi retiro. Fui distinguido con la Medalla de Oro de la Defensa Civil por haber ocupado el Primer Lugar entre todas las 14 Regionales del País, la cual me fue impuesta por el General Rodríguez en la Cámara de Comercio de Barranquilla.
Desde mi retiro de la Defensa Civil en el mes de abril/74, me embarqué como Capitán de Altura de la Marina Mercante a bordo de la M/N “Ciudad de Popayán” de la Flota Mercante Grancolombiana y en 1975 empecé a laborar como Capitán de Altura en “Líneas Agromar”, donde completé más de 15 años comandando diferentes unidades. Además, navegué para Norton Llilly y Concord Lines en U.S.A. y para Marítimas Internacionales, Transmarítima Internacional y Puertos de Colombia en la “Draga Colombia” por mas de dos años en cada empresa. En 1994 decidí retirarme de mis actividades marineras y después de estudiar por tres años Computación me gradué como Analista y Programador de Computadores.Hice varios cursos extras de Sistemas y me dediqué a escribir mis “memorias”. Ya he completado ocho (8) libros de mis escritos, sin afán de publicarlos para conseguir dinero y/o fama sino para deleitar a mis amigos de Colombia, de Chile, de Estados Unidos y de Europa, a quienes de vez en cuando les envío mis “memorias”.
El pasado 2 de diciembre del 2005, me fue impuesta la Medalla Militar “Rafael Reyes”, por haber completado cincuenta (50) años de graduado como Oficial, en ceremonia que se efectuó en el Country Club de Barranquilla, por el Sr. General Rafael Samudio Molina, Presidente Nacional de Acore.
Barranquilla, enero 23 de 2006.
ZAFARRANCHO GRAFICO El pasado 16 de febrero viajaron a
Puerto Leguízamo algunos miembros del Consejo de Historia Naval con
el fin de dictar a la comunidad de esa lejana pero importante Base
Fluvial, la conferencia
que el Capitán de Navío Carlos Prieto preparó sobre la Batalla de
Güepí (ver Pañol de la Historia Nº 48) y que se complementó con la
presentación que hizo Jorge Serpa de unos videos sobre historia
militar.
DE ESPALDAS AL PERÚ
El CN Ricardo García
Bernal en la proa del cañonero Cartagena, unidad que tuvo significativa y
decisiva participación en la Batalla de Güepí.
PALA
PESADA EN EL CAÑONERO
El Contralmirante Luís
Carlos Jaramillo, autor de un importante trabajo sobre la Historia
de nuestra Marina de Guerra, visitando el histórico cañonero
Cartagena.
HISTORIA Y
ESTATURA
Luego de dictar su interesante conferencia
sobre la Batalla de Güepí, en Puerto Leguízamo, el mono
Prieto comenta algunos aspectos con un oficial naval que le
aventaja en estatura. ¿Qué tal que al oficial no le hubiera
gustado la conferencia del Capi Prieto?
HISTORIA Y BELLEZA
La hermosa Teniente
Sofía Milanés a la salida de la conferencia con el conferencista
Carlos Prieto y Jorge Serpa, luego de discutir
aspectos de la toma de Leticia en 1932 por parte de los
peruanos.
EL AMOR EN EL CARTAGENA
Sobre el torrotito del
Cartagena, dos pajaritos enamorados contemplan la oxidada cubierta del
histórico cañonero.
BODA
SPICKER - LLELATY
Roberto Spicker y Maria
Victoria de Spicker,casaron a su querida hija Alexandra con Luís Miguel
LLelaty ceremonia realizada en el Club Naval, con lujo de detalles
felicitaciones a los novios y
padres |
Enfermero Pinto:
Por su intermedio presento a nombre de mi Sra. Esposa Claudia y nuestras Hijas, un afectuoso saludo de condolencia al Sr. CAL (r) José A. Villamizar, a su Hermana Doña Noelia de Castro y demás Familiares, expresando además nuestras plegarias a Dios para que les de fortaleza en momentos tan difíciles.
crim (r) Julio César Carranza Alfonso
SEÑAL DEL CN JOSUÉ AGUIRRE
DE : CNCG Josué G. Aguirre
PARA : ENFERMERO PINTO
BT. Casi desde la pasada centuria no sabia nada de "La Corredera", pero gracias al dilecto amigo Daniel Lorza me he enterado por e-mail de su edicion No.68/2006 que me ha encantado por su formato, fotos y temas varios, como los recuerdos de nuestro muy apreciado Almirante Jaime Erazo, las diferentes labores y aspectos que Uds y socios Correderos adelantan etc.
Veo mantenerse ese espíritu de hermandad que bajo la estricta disciplina que nos formo tuvo y aun sostiene ese sacro lema naval de DIOS PATRIA Y HOGAR, gracias a nuestro ENFERMERO PINTO y colaboradores.
Disfrutando los escritos y fotos de la edicion citada veo rostros y nombres que ya no conozco o recuerdo, excepto, tal vez aquel buen mozo y esbelto que entre otros por el estilo, figuran bajo el titulo CONSEJO DE HISTORIA NAVAL, que se parece a Hernán Galvis Rubio pero que dudo que sea él, pues, por un lado, el H/G/R que conozco bien, como gallardo y varonil, jamás intentaría, como hoy no pocos lo hacen, pintarse el cabello de platino u otro color; de otra parte, yo le llevo de ventaja a Hernán, por lo menos una década, y casi no tengo canas, o sea, que H/G/R mucho menos....así que quede con el chispero de la duda.
Felicitaciones por la magnifica labor con su equipo en LA CORREDERA.
La Patria necesita que equipos como el suyo se unan con otros y la ayuden con urgencia; con un buen plan, valentía y amor sincero se podrá. Puaqui en U.S.A. a vuestra merced.
LE GUSTA LA PEDAGOGÍA
Favor incluirme en la lista de destinatarios para recibir sus valiosos aportes a la educación.
CF IM Mauricio Campo Orozco
PARA QUIENES FUERON AGREGADOS NAVALES EN PERU
Enfermero Pinto:
Un atento saludo y éxitos en el año 2006.
Muy atentamente le solicito volverme a enviar la Corredera Virtual ya que no me está llegando. De igual forma le pido el favor de informar a los Oficiales que fueron Agregados Navales en este país para que por favor me hagan llegar sus correos electrónicos actuales con el fin de incluirlos en la Home Page de la Asociación de Agregados (http://adacap.org/) y de esta forma sus antiguos compañeros de misión los puedan contactar.
Muchas gracias,
CN Luís Alberto Ordóñez Rubio/ 73-012
Agregado Naval en Perú
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Cyber-corredera- E-mail: lacorredera38@nikimicolombia.com Suscripción gratuita. Derechos Reservados. Se
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NIKIMI COLOMBIA HS LTDA
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