LO QUE HA SUCEDIDO en
Tierradentro no es poca cosa. Es un campanazo terrible. Hacía ya algún tiempo
que las Farc no realizaban una acción de este tipo. Han demostrado que en
algunas regiones del país, especialmente montañosas y aisladas, conservan
plenamente su capacidad de concentrar un número significativo de tropas sin ser
detectadas, para abrumar pequeñas estaciones o subestaciones de policía, además
de una gran pericia táctica para emboscar los refuerzos de las tropas
gubernamentales.
La desmovilización de los paramilitares ha sido
exitosa y ha contribuido a recuperar la seguridad en el país. Pero un efecto
colateral no buscado ha sido el de ampliarle el espacio de movilidad y la
capacidad de maniobra a la guerrilla. Ahora las Farc están aprovechando la
circunstancia de que no en todas las regiones del país la Fuerza Pública va a
poder suplir a los paramilitares como fuerza de contención a la guerrilla. La
guerrilla ha sabido esperar, sacrificó tiempo con la expectativa de ganar
espacio. La guerra irregular, que es por definición una guerra de desgaste,
premia a los pacientes.
Obviamente, no todos los territorios tienen para
la guerrilla igual importancia. Esto depende de factores geográficos,
estratégicos o económicos. A las zonas de mayor interés ya están empezando a
llegar con dos estrategias: una sigilosa, no violenta, tratando de ganarse la
aceptación de la población con la promesa de que la zona va a permanecer
tranquila; y la otra, por la vía de acciones armadas demostrativas, ya sea
contra la población civil o contra la Fuerza Pública.
Esta toma es uno
de los primeros tanteos con que las Farc le empiezan a medir el aceite a la
Fuerza Pública. El caso de Tierradentro es precisamente el de una zona muy
importante para la guerrilla desde el punto de vista geoestratégico, pero
también económico, pues los cultivos de coca han tenido un inmenso crecimiento
en los años recientes. Por eso el retorno de la guerrilla era absolutamente
predecible, aún cuando al momento del golpe, obviamente, lo era menos. Lo mismo
podría suceder en el futuro con zonas de circunstancias parecidas.
Pero
en la toma de Tierradentro hay otro ángulo igual o más preocupante. Creo que esa
acción es uno de los primeros tanteos con que las Farc le empiezan a medir el
aceite a la Fuerza Pública para apreciar su capacidad de respuesta, después de
su reciente fortalecimiento en inteligencia, pie de fuerza y movilidad aérea.
Podría ser un paso previo a la futura generalización de tomas de pequeños
municipios o corregimientos muy aislados donde la Policía Nacional está ubicando
pequeñas unidades de patrulleros y agentes. De lograrlo, este sería un golpe muy
grave a la imagen de éxito de la política de Seguridad Democrática que, además,
tendría un efecto inmediato de cara a los eventuales diálogos de paz: la
guerrilla retornaría a la mesa de negociaciones ensoberbecida y prepotente, como
hace ocho años en el Caguán.
Si el Gobierno no retoma prontamente la
iniciativa militar, no con discursos sino con hechos, y deja que la guerrilla la
tome y la retenga, estará en una posición muy difícil para dialogar de paz. El
peor escenario es perder la iniciativa militar y al mismo tiempo negarse a
iniciar conversaciones de paz, pues si la situación se vuelve política y
militarmente insostenible, el Gobierno correría el riesgo de tener que aceptar
diálogos de paz como una imposición de la guerrilla. El mejor escenario es el
contrario, que las Fuerzas Militares retomen y mantengan la iniciativa militar,
y que el Gobierno sostenga la iniciativa política dejando la puerta abierta al
intercambio humanitario y a los diálogos de paz.
FUNDACION SEGURIDAD Y
DEMOCRACIA