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05-08-06

COLOMBIA: LA SEGURIDAD EN LOS TRES ÚLTIMOS PERIODOS PRESIDENCIALES 1994-2006

 

1. HOMICIDIOS

La tasa de homicidio por cien mil habitantes (hpch) muestra entre 1994 y 2006 un claro comportamiento descendiente a partir de 2003, el primer año completo del gobierno de Álvaro Uribe, situación que se prolonga hasta el presente. Mientras que en 2002, año en que se produjo el cambio de gobierno entre Pastrana y Uribe, la tasa fue de 65.9, en 2006 se ubicó 34.9, por lo que la reducción fue del 43%. Cuando se compara el 2006 con 1998, año en que el poder pasó de Samper a Pastrana y la tasa fue de 56.5, se tiene una reducción del 29%. A diferencia del período de Uribe, durante el cual la tasa bajó en todos los años corridos, en Pastrana siempre hubo un aumento. Este comportamiento se explica en parte porque el período 1999 a 2002 coincide con los años en los que las autodefensas actuaron en forma más sistemática, abarcando importantes áreas rurales y algunas ciudades, mientras que en la administración de Uribe, cuando ya habían implantado su poder en vastas zonas y empezaron a acudir cada vez más a homicidios selectivos, entraron en un proceso de negociación con el gobierno, contribuyendo de esta manera a una reducción significativa en el comportamiento observado. Adicionalmente incidieron la política de Seguridad Democrática, así como los planes desarrollados en algunas ciudades.

Desde esta perspectiva se tiene que mientras en el período Uribe se produjeron cerca de 78.000 homicidios, en el de Pastrana se produjeron 107.566 y en el de Samper 100.515. Esto significa que la reducción entre el de Pastrana y el de Uribe fue de 27.3%, mientras que entre el Samper y el de Uribe fue de 22%.

Entre las ciudades sobresale Medellín, puesto que su participación en la reducción del país equivalió al 30.6% entre el período de Pastrana y el de Uribe. En efecto, considerada por si sola, la reducción porcentual entre el de Pastrana y el de Uribe, así como entre el de Samper y el de Uribe, fue en ambos casos de alrededor del 67%, pues mientras que en los anteriores superó en cada uno de ellos los 13.000 homicidios, en el de Uribe contabilizó sólo 4.444. En Medellín la tasa promedio anual pasó de 179 hpch en el período de Samper, a 169 en el de Pastrana y a cerca de 54 en el de Uribe. 

Bogotá pesó un 8.4% en el descenso del país entre el período Pastrana y el de Uribe. Así mismo, observada por aparte, los homicidios se redujeron en un 49% entre el de Samper y el de Uribe y un 29% entre el de Pastrana y el de Uribe. Su tasa promedio anual pasó de representar 51 hpch en el período Samper, a 33.3 en el de Pastrana y a 21.8 en el de Uribe.

Cali es la ciudad, de las cuatro consideradas, que más homicidios registró en el período Uribe, explicable en lo esencial por disputas entre sectores de los carteles del Norte del Valle y en particular entre los grupos de Varela y Montoya.

Es por ello que pesó solamente un 2.6% en la reducción en el conjunto nacional entre el período Pastrana y el de Uribe, situación explicable porque su tasa había vuelto a subir en 1999, en el de Pastrana, y se mantuvo crítica hasta 2004, en el de Uribe, oscilando entre 95 y 91 hpch; es por ello que su promedio en el período Samper fue de 93.3 hpch, en el de Pastrana fue de 91.8 y en el de Uribe de 76.6. Analizada esta ciudad por aparte, sus homicidios bajaron un 9% entre el período Pastrana y el de Uribe, y un 2% entre el de Samper y el de Uribe. Es importante señalar una significativa reducción en 2005, cuando registró 65 hpch, pues en 2004 había llegado a 91, así como indicar que el comportamiento a la baja continúa, pues en 2006 está alrededor de 58.

Se analizaron las 23 ciudades que siguen en tamaño a las cuatro más grandes, entre algo más de 200.000 habitantes, en el caso de Barrancabermeja, la más pequeña de las consideradas, y algo más de 1.000.000, en el caso de Cartagena, la más grande de las estudiadas. Hay algunas conclusiones similares a las de las cuatro grandes ciudades, aunque hay que incluir algunos matices. En su conjunto en estas ciudades la reducción equivalió a un 16.8 % de la disminución del conjunto nacional, que sumado al 41.4% de las cuatro más grandes, arroja un porcentaje de 58.2%. Esto significa que casi seis de cada diez homicidios en que se redujo el comportamiento nacional equivalen a lo ocurrido en las 27 ciudades más grandes.

 

2. SECUESTROS EXTORSIVOS

Durante el gobierno de Álvaro Uribe se registraron 3.239 secuestros extorsivos (1), lo que representa una disminución del 56% frente al los 7.407 reportados durante el de Andrés Pastrana y del 41% a los 5.502 en la de Samper. El promedio diario asimismo disminuyó al pasar de 3.7 personas plagiadas por día en el período Samper, a 5.07 en el de Pastrana y a 2.2 en el de Uribe.

Llama la atención, además del descenso de los secuestros extorsivos, el de los miembros de la Fuerza Pública. Mientras que en el de Pastrana 519 miembros de la Fuerza Pública fueron plagiados, en el de Uribe fueron 54, lo que representa una reducción del 90%. Se debe recordar que durante el período de Pastrana la guerrilla realizó varios secuestros masivos de miembros de la Fuerza Pública, algunos de ellos en medio de ataques a la población.

Al analizar las cifras desagregadas por años se tiene que en 2005, último año completo de Uribe, se presentaron 369 secuestros extorsivos, es decir 68% menos que en 2001, último año de Pastrana cuando fueron 1.141 los plagios.

Frente a 2002, con 1.675 hechos, año en el que inició el gobierno de Uribe, la disminución fue del 78%. De igual forma, al comparar 1999, año con el mayor número de secuestros durante la administración de Pastrana con 2.475 casos, y 2002, año pico de Uribe, la reducción es del 32%.

En cuanto a los responsables de los secuestros extorsivos, las Farc fueron las que marcaron la mayor participación durante los dos últimos períodos presidenciales. En el de Uribe cometieron 1.272 plagios lo que equivale al 39% del total de los hechos, mientras que en el de Pastrana fueron 2.319, es decir el 31%. Comparando los períodos, esta guerrilla registró una disminución del 45% entre el gobierno de Pastrana y el de Uribe.

Por su parte, el ELN cometió 65% menos secuestros durante el período Uribe con 645 hechos, que en el de Pastrana con 1.833 plagios. Su participación en el conjunto de los secuestros asimismo disminuyó al pasar de 25% en la administración de Pastrana, a 20% en la de Uribe. Por años se tiene que en 2005, 85 personas fueron secuestradas por esta guerrilla, mientras que en 2001 fueron 921.

En lo referente a la delincuencia común, durante el período Uribe se registraron 566 plagios por parte de estas agrupaciones, es decir 28% menos que los 789 presentados en el de Pastrana. A pesar de esta reducción, su participación aumentó al pasar de 11% en la administración de Pastrana a 17% en la de Uribe. Esto demuestra, como ya se ha afirmado en otras oportunidades, un mayor protagonismo de las organizaciones criminales en este tipo de eventos.

Los secuestros cometidos por las autodefensas descendieron en un 29% al registrar 238 hechos en el período Uribe y 334 en el de Pastrana. Su participación aumentó pasando de 5% en la administración de Pastrana a 7% en la de Uribe.

En cuanto al estado actual de las victimas, al comparar la administración Uribe con la administración de Pastrana, llama la atención el aumento en el número de personas liberadas por presión. Mientras que en la de Pastrana fueron 167 en la de Uribe fueron 282, lo que representa un ascenso del 69%.

Respecto de la distribución geográfica, durante el gobierno de Uribe los secuestros extorsivos disminuyeron en todos los departamentos a excepción de Nariño, Chocó y Vichada. En Nariño el ascenso fue del 46% al registrar 123 plagios en la administración de Uribe y 84 en la de Pastrana. Pesaron en este departamento los aumentos en Pasto donde los secuestros pasaron de 10 en el período Pastrana a 23 en el de Uribe, el de Tumaco donde pasaron de 2 a 22 y el de otros municipios como Puerres, Barbacoas, Ricaurte y Buesaco. Gran parte de estos secuestros fueron cometidos por las Farc. En el caso del departamento de Chocó, donde se registraron 116 hechos en el gobierno de Uribe y 80 en el de Pastrana, el aumento fue del 45%. Quibdó tuvo una participación importante en este incremento. En esta ciudad los secuestros pasaron de 25 en el período de Pastrana a 41 en el de Uribe, es decir un aumento del 64%. Igualmente, pesaron los incrementos en Bahía Solano donde este tipo de acciones pasaron de 5 en el de Pastrana a 35 en el Uribe y en Tado donde pasaron de 3 a 16. En este departamento el ELN fue el responsable del 81% de los plagios registrados durante el gobierno de Uribe. En el departamento de Vichada los secuestros aumentaron en un 25% al pasar de 4 casos en el período Pastrana a 5 en el de Uribe.

Teniendo en cuenta el total de los secuestros extorsivos, durante el gobierno de Uribe estos se concentraron en los departamentos de Antioquia con el 16%, le siguió Valle del Cauca con 8%, Cesar y Santander con 7% cada uno y Cundinamarca con 6%. En el caso de Antioquia los secuestros se redujeron 62% al comparar los dos períodos. En el de Uribe se registraron 446 plagios, mientras que en el de Pastrana fueron 1.172. Llama la atención el descenso del 69% en los plagios cometidos por el ELN en este departamento, pues en el gobierno de Uribe registró 132 mientras que en el de Pastrana fueron 432.

En el Valle del Cauca la reducción fue del 66%, pues en el período Uribe se registraron 205 mientras que en el de Pastrana fueron 608. En cuanto al departamento del Cesar con 198 secuestros durante la administración de Uribe, registró un descenso del 64% frente a la de Pastrana con 550 casos.

Santander por su parte, registró un descenso del 74%, pues en el gobierno de Uribe se reportaron 139 plagios, mientras que en el de Pastrana fueron 543. En Cundinamarca la reducción fue del 58%. Durante el gobierno de Uribe se registraron 203 plagios y en el de Pastrana 482.

Finalmente, en Bogotá, con una participación del 5% en el total de los secuestros extorsivos registrados en el período Uribe, se presentó una disminución del 57% frente al de Pastrana. En el de Uribe se reportaron 164 plagios mientras que en el de Pastrana fueron 381.

(1) Se analizan solamente los secuestros extorsivos en la medida en que son los de mayor impacto social.

 

3. COMBATES POR INICIATIVA DE LA FUERZA PÚBLICA

En el período presidencial de Álvaro Uribe se registró un promedio diario de 5.6 combates por día, mientras que en el de Pastrana este fue de 2.2 y en el de Samper de 1.4. Visto desde otra óptica, en la administración Uribe se produjeron 8.001 combates, un 149% más que los 3.211 registrados en la de Pastrana y un 278% más que los 2.114 ocurridos en la de Samper. En 2005, el último año  corrido de Uribe, se registraron 1.772 combates, un 111% más que los 559 de 2001, el último de Pastrana y un 208% más que los 576 de 1997, el último de Samper. En la administración Uribe el año con más combates fue el de 2003, cuando se registraron 2.414, el 188% más que los 839 de 2001, el año pico de Pastrana y el 319% más que los 576 de 1997, el año más alto de Samper (2).

El aumento considerable de los combates en la administración Uribe se produce en un marco en el que el eje de la política fue la seguridad, mientras que en la de los otros dos gobiernos no. El gobierno Pastrana centró sus esfuerzos en impulsar el proceso de paz con las Farc y el de Samper, que en un principio buscaba lo mismo, fracasó en este propósito. A esto hay que añadirle que las operaciones militares quedaron separadas de los objetivos gubernamentales en un escenario crítico por el desarrollo del llamado proceso 8.000. Al respecto es necesario advertir que la administración Uribe pudo aprovechar el acumulado de la administración anterior, situación que ayuda a explicar el mayor nivel de operatividad. El pie de Fuerza ya se había incrementado en Pastrana, pues de un total de 100.000 soldados, se pasó a 124.000; con Uribe el pie de fuerza ascendió a 170.000. En Samper se contaba apenas con una Brigada Móvil, en Pastrana se crearon cuatro más, mientras que en Uribe se crearon seis nuevas. Así mismo, el primer batallón de Alta Montaña se creó en la administración Pastrana, mientras que en la de Uribe se activaron seis batallones de este tipo (3). En la actualidad todas las Divisiones (en Uribe se crearon la Sexta y la Séptima) cuentan con Brigadas Móviles y en especial la Cuarta tiene dos. Los Batallones Contraguerrilla se han multiplicado. A lo anterior hay que añadirle la creación de Fuerzas Especiales Urbanas

Lo que importa acá es la fuerza con la que pudo contar la administración Uribe. Unidades de Protección de Carreteras y Unidades para la Protección de Infraestructura. Igualmente hay que tener en cuenta que al final de Uribe la Policía tiene presencia en todas las cabeceras municipales, mientras que en Pastrana se carecía de ella en 162 municipios, a lo que hay que agregarle que se ha instalado en varios corregimientos. Al mismo tiempo hay que señalar que se han conformado pelotones de Soldados de mi Pueblo, que han contribuido a ocupar el vacío en zonas tradicionalmente sin presencia de la Fuerza Pública. Sorprende que el mayor incremento porcentual fue en los combates contra las autodefensas, con 324% más acciones cuando se compara Uribe con Pastrana. No obstante que estas sostuvieron un proceso de paz con el gobierno, hay que tener en cuenta que en las administraciones anteriores los combates contra estas agrupaciones eran poco numerosos: se pasó de solamente nueve en la administración Samper, a 223 en Pastrana y a 946 en Uribe. Este último dato refleja que, a pesar del proceso de paz, en la administración Uribe se combatió en forma importante a las autodefensas.

(2) En este cálculo se dejaron por fuera los años que compartieron dos administraciones.

(3) No sobra señalar que algunos de estos batallones se planearon en la administración Pastrana.

 

4. ATAQUES DE LOS GRUPOS IRREGULARES CONTRA LA FUERZA

PÚBLICA

Al comparar los tres últimos períodos presidenciales los ataques de los grupos irregulares contra la Fuerza Pública, sin tener en cuenta los eventos relacionados con minas antipersonal, aumentaron durante la administración de Álvaro Uribe en un 32% frente a la de Andrés Pastrana y en un 56% a la de Ernesto Samper. En total durante el período presidencial de Uribe se registraron 2.316 ataques, mientras que en el de Pastrana fueron 1.754 y en el de Samper 1.480, por lo que el promedio diario aumentó al pasar de 1.01 en el gobierno de Samper a 1.2 en el de Pastrana y a 1.62 en el de Uribe.

Hay que señalar que la escala de estos ataques ha sido menor en el gobierno Uribe y de mucha mayor dimensión en los dos anteriores gobiernos. Es decir, durante el gobierno Uribe subió el número de ataques, pero disminuyó su escala. Igualmente, al comparar éste con el promedio diario de combates por iniciativa de la Fuerza Pública, se tiene que mientras en el período de Samper y el de Pastrana, el promedio de combates superaba sólo entre 0.4 y un (1) punto al de ataques de los grupos irregulares, en el de Uribe, los combates excedieron en casi cuatro puntos a los ataques, lo que demuestra el fortalecimiento de la Fuerza Pública en el último gobierno y gracias a la cual aumentó su iniciativa en las acciones de este tipo (4).

Las bajas registradas en la Fuerza Pública como consecuencia de estos ataques igualmente aumentaron. Durante el gobierno de Uribe se registraron 1.397 bajas lo que representa un incremento del 13% frente al de Pastrana cuando fueron 1.235 y del 3% frente al de Samper cuando fueron 1.351. No obstante, el índice de letalidad, es decir el número de bajas de la Fuerza Pública por ataque, descendió en el período Uribe en comparación con los dos primeros. En el último fue de 0.60, mientras que en el de Pastrana fue de 0.70 y en el de Samper de 0.91.

Las Fuerzas Militares fueron las que más bajas registraron en el gobierno de Uribe con 761, es decir 27% más que en el de Pastrana con 599 y 8% más que en el de Samper con 702, sin embargo, su índice de letalidad disminuyó pasando de 1.09 en el de Samper a 1.06 en el de Pastrana y a 0.72 en el de Uribe. La Policía Nacional, por su parte, registró menos bajas que en las administraciones anteriores. En la de Uribe se presentaron 616 bajas, 3% menos que en la de Pastrana cuando fueron 636 y 5% menos que en el de Samper cuando se registraron 648; esto es explicable por el descenso registrado en los grandes ataques a poblaciones, que causaban muchas bajas a los miembros de esta institución. El índice de letalidad, asimismo descendió al pasar de 0.78 en el período Samper a 0.54 en el de Pastrana y a 0.5 en el de Uribe.

Las Farc jalonaron el conjunto de los ataques contra la Fuerza Pública durante los tres períodos analizados. Su participación en el total de los ataques fue aumentando progresivamente pasando de 670 acciones en el período Samper, es decir el 45% del total, a 963 en el de Pastrana, el 55%, y a 1.580 en el de Uribe, el 68%. Al realizar las comparaciones por períodos se tiene que sus ataques se incrementaron en un 64% entre el de Pastrana y el de Uribe, y 136% entre el de Samper y el de Uribe, demostrando que esta guerrilla, no obstante que cada vez ha sido más combatida, ha mantenido una importante capacidad operacional para atacar a la Fuerza Pública.

De igual forma, las bajas de la Fuerza Pública como consecuencia de los ataques realizados por las Farc aumentaron 22% al comparar la administración de Uribe con la de Pastrana y 31% al compararla con la de Samper. En contraste, el índice de letalidad disminuyó pasando de 1.06 en el período Samper a 0.80 en el de Pastrana y a 0.59 en el de Uribe. Esta guerrilla atacó principalmente a las Fuerzas Militares y con mayor énfasis durante el gobierno de Uribe. En éste fueron atacadas 818 veces, es decir 175% más que en el de Pastrana cuando se registraron 297 acciones, y 181% más que en el de Samper cuando fueron 291. La Policía fue atacada por este grupo 746 veces durante la administración de Uribe, 13% más que en la de Pastrana con 658 acciones, y 99% más que en la Samper con 375.

En cuanto a la modalidad de los hechos, las emboscadas fueron las que registraron el mayor aumento al comparar el período Uribe con el de Pastrana. Mientras que en el gobierno de Uribe se presentaron 486 acciones de este tipo, en el de Pastrana fueron 226, es decir que aumentaron 115%. Al compararlo con el de Samper el incremento fue del 100% pues en este fueron 243 los hechos de esta clase. Los hostigamientos por su parte, aumentaron considerablemente al comparar el período Uribe con el de Samper. En la administración de Uribe se registraron 983 hechos en los que la Fuerza Pública fue hostigada, es decir 215% más que en la de Samper cuando se presentaron 312 acciones y 21% más que en la de Pastrana cuando fueron 813. Los ataques a las instalaciones de las Fuerzas Militares aumentaron 61% entre el período Pastrana, con 46 hechos, y el de Uribe con 74; y disminuyeron 29% entre el período Samper, cuando fueron 384 las acciones, y el de Uribe. Las instalaciones de la Policía fueron atacadas 397 veces durante el gobierno de Uribe lo que representa un aumento del 39% frente al de Pastrana, con 286 acciones, y del 3% frente al de Samper con 384.

Considerando únicamente los ataques a instalaciones, emboscadas y hostigamientos, según unidades fijas y móviles, se encuentra que las acciones contra bases fijas bajaron mientras que suben aquellos orientados contra unidades móviles. En el caso de las Fuerzas Militares las acciones en contra de las bases fijas disminuyeron 14% al comparar el período Pastrana y el de Uribe, y 3% entre el de Samper y el de Uribe, mientras que las dirigidas en contra de unidades móviles aumentaron 186% entre el de Pastrana con el de Uribe, y 158% entre el de Samper y el de Uribe. En el caso de la Policía, los ataques en contra de las bases fijas disminuyeron 18% entre el período Pastrana y el de Uribe, y aumentaron entre el de Samper y el de Uribe. Las acciones contra unidades móviles de esta fuerza aumentaron 69% entre el de Pastrana y el de Uribe, y 89% entre el de Samper y el de Uribe.

El aumento de los ataques a unidades móviles durante el gobierno de Uribe se explica en gran parte por los cambios en la organización de la Fuerza Pública. En el caso de las Fuerzas Militares fueron desmontadas instalaciones en zonas aisladas y vulnerables, así como se crearon unidades móviles con el fin de combatir a los grupos al margen de la ley mediante unidades especializadas con alta movilidad en zonas deprimidas por acciones de estos grupos. En el de la Policía se fortalecieron los dispositivos para resguardar las estaciones, al igual que se aumentó el número de agentes por estación. Por esta razón, los ataques a instalaciones fijas disminuyeron y en algunas zonas se trasformaron en pequeños hostigamientos.

Teniendo en cuenta únicamente los ataques a población, se tiene que durante el gobierno de Uribe se registraron 60 acciones de este tipo, 55% menos que los 132 registrados en el de Pastrana y 13% menos que los 69 en el de Samper. Esta disminución se explica en parte, como ya se ha mencionado, por el cambio en la estrategia de la guerrilla de atacar más a unidades móviles que a bases fijas, además del fortalecimiento de la Fuerza Pública, el mejoramiento de los dispositivos para resguardar las estaciones y los puestos de policía, entre otras estrategias adoptadas por el Gobierno Nacional en el marco de la política de Seguridad Democrática.

El departamento más afectado por los ataques a población durante el gobierno de Uribe fue Nariño y con mayor énfasis en el año 2005. De un total de 11 ataques durante este período, 6 se registraron en 2005 en los municipios de Samaniego con 2 acciones, y en Cumbitara, La Tola, Providencia y Tumaco con una cada uno. Estos ataques ocurrieron en medio de intensas labores por parte de la Fuerza Pública para erradicar cultivos de uso ilícito. Asimismo, Cauca fue otro departamento muy afectado. En la administración de Uribe se presentaron 10 ataques, 5 de ellos en 2003.

Retomando los ataques a la Fuerza Pública sin incluir los ataques a población ni los eventos en los que se registraron bajas en la Fuerza Pública por minas antipersonal, en el gobierno de Uribe estas acciones se concentraron en los departamentos del Cauca con 12%, Arauca y Nariño con 9% cada uno, Antioquia y Meta con 8% cada uno, Valle con 7% y Putumayo con 4%. Llaman la atención los ascensos en los departamentos de Cauca, Nariño y Putumayo en los cuales se registraron ataques significativos especialmente en el año 2005 por parte de las Farc.

En el caso del Cauca, con 270 hechos, registró un ascenso del 109% frente a la administración de Pastrana, con 129 acciones, y del 329% frente a la de Samper con 63. Pesaron los ascensos en los municipios de Toribío, Jambaló, El Tambo, Corinto y Argelia. Arauca, con 220 ataques durante el período Uribe, registró una disminución del 20% frente al de Pastrana cuando fueron 278 y un aumento del 214% frente al de Samper cuando fueron 70 los hechos.

En Nariño se registraron 208 ataques durante la administración de Uribe, es decir 163% más que en la de Pastrana cuando fueron 79 y 593% más que en la de Samper cuando fueron 30 las acciones. El año más crítico durante el gobierno de Uribe fue 2005 con 85 ataques. En cuanto al departamento de Antioquia con 189 ataques registrados durante el gobierno de Uribe, presenta una disminución del 5% al compararlo con el período de Pastrana cuando fueron 198 y del 35% frente al de Samper con 292 acciones.

Meta, con 189 ataques durante el gobierno de Uribe, registró un aumento de 149% frente al de Pastrana con 76 y de 112% frente al de Samper con 89. Llaman la atención los municipios de Vistahermosa, Mesetas, La Macarena y La Uribe, parte de la Zona de Distensión durante el gobierno de Pastrana, además de Puerto Rico, Mapiripan y Puerto Lleras.

En el departamento del Valle del Cauca se registraron 171 ataques durante el gobierno de Uribe, es decir, 122% más que los 77 reportados en el de Pastrana y 159% más que los 66 en el de Samper. Finalmente, en Putumayo, con 93 ataques en el período Uribe, se presentó un ascenso del 126% con respecto al de Pastrana cuando fueron 41 y del 232% frente al de Samper cuando fueron 28 los hechos.

(4) El promedio diario de combates por iniciativa de la Fuerza Pública fue de 5.6 en el período de Uribe, mientras que en el de Pastrana este fue de 2.2 y en Samper de 1.4.

 

5. SABOTAJE CONTRA LA INFRAESTRUCTURA ECONÓMICA

En el gobierno de Álvaro Uribe los grupos armados irregulares realizaron 1.704 acciones de sabotaje, es decir 7% menos que las 1.836 registradas durante el gobierno de Ernesto Samper, y 10% por debajo de las 1.895 acciones que se presentaron en el transcurso del período presidencial de Andrés Pastrana. En cada uno de los tres períodos los hechos de sabotaje se concentraron principalmente en los departamentos de Antioquia, Santander Cesar, Norte de Santander y Arauca donde los grupos armados irregulares dirigieron la mayor parte de sus acciones contra vehículos de transporte de pasajeros, establecimientos comerciales y oleoductos de petróleo.

En lo referente al peso de las acciones de sabotaje en el conjunto de los ataques por parte de los grupos irregulares, en el período Samper los eventos de sabotaje representaron el 57% del total, en el período Pastrana el 52% y en el de Uribe el 40% del total de ataques.

En el período de Uribe han sido destruidos o semidestruidos 609 vehículos, lo que evidencia una reducción del 21% con respecto a los 771 ataques del período Samper, y del 15% respecto de los 716 registrados en el período Pastrana. Al realizar un balance general de los ataques a automotores comparando el año 2005 -cuarto año de gobierno de Álvaro Uribe-, respecto de 2002 – fecha en la que Andrés Pastrana culminó su mandato-, el panorama es positivo al presentarse una baja del 76% en este tipo de acciones.

Durante los períodos Samper y Pastrana la mayor proporción de los ataques fue contra los vehículos de transporte de pasajeros con 1.020 acciones que representan el 49% del total. La mayoría de los afectados cayó en retenes ilegales instalados por la insurgencia en la vía Bogotá-Medellín, en el sitio Pozo Siete de Barrancabermeja y en la vía que comunica esta ciudad con la costa, así como en la carretera que del Cesar conduce al departamento de Bolívar. En lo que respecta al período de Uribe, se registraron 256 ataques a vehículos de transporte de pasajeros, es decir, 44% menos de los 460 que se presentaron en el período Samper y 16% por debajo de los 304 registrados en el período Pastrana. Los ataques se concentraron principalmente en los departamentos de Antioquia y Norte de Santander donde operan los Frentes 5, 9, 34 y 33 de las Farc. En contraste, en departamentos como Santander, Cesar, Cundinamarca, Atlántico y Antioquia, la situación de seguridad de las carreteras mejoró ostensiblemente gracias al desarrollo de operaciones militares que buscan contrarrestar los ataques de los grupos armados irregulares contra la infraestructura pública.

Con respecto a los ataques a los vehículos de carga pesada, en el período Uribe se registraron 213 casos que representan el 33% del total. En comparación con el período Samper, se evidencia un incremento del 19% de los casos, mientras que respecto del período Pastrana se da una baja del 20%. Durante los períodos Samper y Pastrana la mayor parte de los ataques se registró en las vías de los departamentos de Antioquia, Cesar y Santander y tuvieron como principales objetivos las tractomulas de transporte de mercancías, cemento y los carrotanques que cargan combustible. Buena parte de estos eventos está directamente relacionada con retaliaciones que realizan los grupos armados irregulares, especialmente la insurgencia, por el no pago de las extorsiones que cobran para que los transportistas se puedan movilizar. Desde este planteamiento el descenso presentado en el período presidencial de Uribe puede estar ligado no solamente con el mejoramiento en la seguridad vial de los vehículos de carga pesada, sino también al cumplimiento con el pago a los grupos armados irregulares.

En el transcurso de los tres períodos presidenciales el segundo tipo de bien más afectado por el accionar de los grupos armados al margen de la ley es el de la infraestructura de establecimientos e inmuebles, particularmente los establecimientos comerciales. En el presente período presidencial se registraron 316 eventos lo que significa una reducción del 56% con relación al período Samper, y del 14% con respecto al período Pastrana. Respecto de los establecimientos comerciales, en el período Uribe se registraron 157 ataques, es decir, 33% menos de los 233 presentados en el período de presidencial de Samper, y 38.4% menos de los 255 ataques registrados durante el período de Andrés Pastrana.

En cuanto a los ataques a la infraestructura petrolera se evidencia una reducción del 37% si se compara el período Uribe con Pastrana, al pasar de 327 acciones en el de Pastrana a 235 en el de Uribe. Los ataques al oleoducto con consecuencias y las acciones contra el gasoducto fueron los que bajaron en mayor proporción con 44% y 29%, respectivamente. En contraste, comparado con Samper este tipo de ataques presentó un leve incremento en Uribe al pasar de 211 eventos a 235, lo que equivale a un aumento del 11%. No obstante, es importante aclarar que al comparar ambos gobiernos, durante el período Uribe las voladuras al poliducto en las que se suspendió el bombeo de crudo disminuyeron en 7%.

Si se desagregan los ataques al oleoducto por el grado de afectación se encuentra que son más los eventos que produjeron la interrupción del bombeo en los períodos Samper y Pastrana que en el período Uribe. Mientras que en el período de gobierno de Samper los ataques al oleoducto que suspendieron el bombeo representaron el 78% del total de acciones y en el gobierno de Pastrana el 83%, en el período Uribe estos se redujeron al 65% del total. En este sentido, se hace evidente que además de la baja en las voladuras al oleoducto por parte de la insurgencia, su nivel de afectación también se ha reducido: mientras que en los períodos Samper y Pastrana por cada 10 ataques en 8 ocasiones se produjo la suspensión del bombeo, en el actual por cada 10 acciones en 6 hubo que interrumpir el transporte del crudo.

Al realizar un balance general de los ataques a la infraestructura petrolera comparando el año 2005 respecto de 2002, el resultado obtenido es positivo ya que el total de ataques contra este tipo de infraestructura se redujo en 12%. De acuerdo con el Sistema de Información de la Fundación Seguridad y Democracia, las principales zonas que en el actual gobierno han evidenciado un mejoramiento de la situación de seguridad petrolera, son Arauquita y Saravena (Arauca) y Sabana de Torres (Santander). No obstante, es importante aclarar que en ambos departamentos la situación sigue siendo preocupante.

En el período Uribe, los eventos dirigidos contra la infraestructura energética aumentaron en 753% con respecto al período Samper, principalmente en los ataques a las torres de energía al pasar de 40 a 358 acciones en el actual gobierno. En el período Uribe los ataques a torres se concentraron en los departamentos de Arauca, Antioquia y Norte de Santander. Con respecto al período Pastrana los ataques a la infraestructura energética se incrementaron en 49% Comparando lo registrado en 2005, último año completo del gobierno de Uribe, con 2002, año en el que Pastrana entregó su cargo, en 2005 se evidencia una reducción del 20% en el total de ataques contra la infraestructura energética, principalmente los ataques a la subestación eléctrica, a transformadores y a las torres de energía. A diferencia de lo que sucedió en 2002, en 2005 no se presentaron ataques contra instalaciones, plantas eléctricas, postes de conducción y otro tipo de bienes.

Las acciones dirigidas a afectar la infraestructura vial también presentaron una caída en el período Uribe con respecto a las cifras del gobierno inmediatamente anterior, al pasar de 168 ataques a 75, lo que equivale a una baja del 55%. Cabe resaltar que el alto nivel de ataques registrado en el período Pastrana, particularmente entre los años 2001 y 2002, estuvo relacionado con la reacción de las Farc a la retoma de la zona de distensión.

Al comparar el período Uribe con el período Samper la situación es un tanto diferente ya que al finalizar ese período se registró un total de 63 acciones, que equivalen a un aumento del 19% en el período Uribe. No obstante, al hacer un paralelo detallado entre ambos, en el gobierno actual se han reducido en 85% los ataques a peajes, en 56% los ataques a la vía férrea y en 67% las acciones contra Otros bienes de la infraestructura vial, situación que evidencia una clara mejoría en la seguridad vial del país.

Al comparar el año 2005 con respecto a 2002, se presenta una sustancial mejoría del panorama de seguridad vial del país, ya que el total de acciones se redujo en 83%. Los mejores resultados en protección vial se reflejaron en la disminución de ataques a peajes y a la vía férrea, así como a las acciones contra puentes que bajaron en 82%, siendo los departamentos de Huila, Antioquia, Caquetá y Cundinamarca, lo más beneficiados por estas medidas.

En lo referente a los ataques dirigidos contra la infraestructura de comunicaciones, en el período Uribe se registraron 32 acciones, que evidencian un descenso del 14% con respecto a lo ocurrido en el período Pastrana, siendo los ataques a instalaciones y a torres de transmisión los bienes que presentaron una mayor reducción. Pero si se compara el panorama el período Uribe con el período Samper, se da un incremento del 255% del total de los ataques.

Probablemente esta situación se deba a que durante el gobierno de Samper, los grupos armados concentraron sus acciones contra establecimientos e inmuebles, automotores y parte de la infraestructura vial, así como contra las instalaciones de la Fuerza Pública.

De otro lado, al realizar un balance general de los ataques a la infraestructura de comunicaciones comparando el año 2005 respecto de 2002, también se evidencia un avance significativo en la seguridad de esta categoría, ya que el total de ataques contra este tipo de infraestructura se redujo en 81%. Como resultado del refuerzo de presencia de Fuerza Pública, los ataques a instalaciones y a Otros bienes se redujeron en 100%, y las acciones contra las torres de transmisión bajaron en 72%, siendo los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Huila y Caquetá los que reportaron mejores avances en materia de seguridad al sistema de comunicaciones.

 

Trascripción del resumen publicado por Alfredo Rangel, Director de la Fundación Seguridad y Democracia.