Pañol de la historia

Instructivo virtual de CYBER-CORREDERA para fortalecer la cultura naval 


Producción de Jorge Serpa Erazo  


ESSEX: UN NOMBRE Y DOS BUQUES

 Por Capitán de Navío Ricardo García Bernal


Esta es la historia de dos buques norteamericanos con el mismo nombre, que con algunos años de diferencia, a principios del siglo XIX partieron de puertos no muy distantes en la costa este de los Estados Unidos, hicieron viajes semejantes y vivieron episodios trágicos que tuvieron desenlaces en el litoral chileno, no muy lejos el uno del otro; los dos comandantes sobrevivieron y terminaron salvándose en botes balleneros.

 

La fragata Essex

Lograda su independencia, los Estados Unidos encaminaron sus esfuerzos a consolidar su organización política y administrativa, y su comercio exterior, empeño este último que halló grandes dificultades pues tanto Inglaterra como Francia se habían dedicado a confiscar buques y cargamentos norteamericanos, dejando como resultado una gran animadversión hacia Inglaterra. Esta circunstancia fue aprovechada por un sector “belicista” en el Congreso,  que logró que en junio de 1812 se le declarara la guerra a Inglaterra, cuando ya las medidas inglesas contra el comercio marítimo norteamericano habían sido derogadas. En resumen, este fue el origen de la llamada “Guerra de 1812”, o “Guerra del Sr.(James) Madison”, por la época Presidente de la Unión.

En la incipiente marina de guerra de entonces, se destacó desde finales del siglo XVIII un grupo de comandantes jóvenes, competitivos, y ambiciosos, al mando de fragatas de excelente diseño y construcción, que llegaron a constituir una verdadera amenaza contra la flota inglesa, hasta ahora señora de los mares. 

A esta “élite”, conocida como “los muchachos de Preble”,  por el capitán Edward Preble, su mentor y maestro, pertenecieron unos 12 comandantes , que más tarde figurarían entre los héroes de le Armada. En ella se destacó el capitán David Porter, quien a bordo de varios buques operando en el Atlántico, el Mediterráneo y el Caribe ganó prestigio como comandante y luchador duro, estudioso y de fuerte carácter.

El “Essex” era una fragata ligera, orgullo de sus constructores por sus buenas condiciones marineras, 140 pies de eslora, 36 de manga, de 860 toneladas y originalmente bien artillada, pero una modificación hecha en 1810 a su dotación de 42 cañones de corto y de largo alcance fue duramente criticada, y fue finalmente el motivo de su pérdida. Tenía una tripulación de 300 hombres, parte de los cuales estaban destinados a tripular los buques que lograran capturar (tripulaciones de presa).

E 13 de agosto de 1812, recién iniciada la guerra, después de un exitoso crucero contra el tráfico inglés, Porter al mando del “Essex”, en aguas de las islas Bermudas ganó merecido prestigio al ser primer comandante norteamericano en capturar un buque de guerra británico, el balandro “Alert”.

Terminada esta misión, en octubre del mismo año 1812 Porter, encontrándose en la bahía de Delaware recibió la orden de navegar hacia las islas del Cabo Verde, y luego hacia la costa del Brasil, en donde encontraría las fragatas “Constitución” y “Hornet”, con las que formaría una flotilla para operar en el Atlántico Sur, y eventualmente pasaría al Pacífico. En ruta hacia punto de rendez-vous capturó 2 buques ingleses, pero no encontró los buques norteamericanos con los que iría a operar, por lo que tomó la decisión de continuar solo, y pasar al Pacífico.

El 26 de enero de 1813 decidió pasar por el cabo de Hornos, evitando el paso por el estrecho de Magallanes. Después de arrostrar varias furiosas tormentas solamente logra llegar al Pacífico el 4 de marzo, recalando posteriormente en Valparaíso. Con la esperanza de encontrar abundante caza, a finales de marzo dejó este puerto y se dirigió, bordeando el litoral chileno y peruano, hacia el norte en donde sabía se encontraba una zona de caza de ballenas; allí esperaba encontrar buques balleneros británicos.

En ruta hacia esta zona capturó un corsario peruano y dos balleneros ingleses. Los dos últimos, debidamente artillados fueron agregados a la flotilla de Porter, que posteriormente fue reforzada con el otro ballenero británico capturado, de nombre “Atlantic”, que fue rebautizado como “Essex Junior”. Con esta flotilla que posteriormente llegó a sumar seis unidades, se encaminó hacia las islas Galápagos, en cuyas aguas, entre abril y septiembre de 1813 logró capturar 8 balleneros ingleses.

Porter reorganiza sus fuerzas: el “Essex” y dos de los balleneros capturados permanecen en el área de las islas Galápagos, en donde cobran tres piezas más. El “Essex Junior” y otros balleneros, con su rico cargamento de aceite y huesos de ballena, retornan a Valparaíso, en donde no logran vender la carga, por lo que uno de ellos retorna a los Estados Unidos con parte de ésta. El “Essex Junior” se reuniría posteriormente en las Galápagos con Porter y su “victoriosa” flota.

Al igual  que, con júbilo se supo en Norteamérica, con disgusto el almirantazgo británico se entera de las andanzas de Porter y su flotilla, por lo que envía en su busca a la fragata “Phoebe” y dos balandros armados en guerra. Esta fuerza, comandada por el capitán James Hillyar, un veterano de las campañas navales contra Napoleón, conocido y respetado en las marinas de guerra, pronto llegaría al Pacífico para emprender su cacería.

Terminada la caza de balleneros ingleses en aguas de las islas Galápagos, Porter necesitando reaprovisionar, carenar y desratizar los buques, y dar un merecido descanso a las tripulaciones, decide dirigirse a las islas Marquesas, 2,500 millas al sudeste de Hawai.

En la isla Nuku Hiva, la mayor del archipiélago, el 25 de octubre fueron recibidos muy amistosamente, y para alegría de las tripulaciones prolongaron su estadía por 7 semanas. Establecieron allí un fuerte denominado “Madison”, cuya duración fue efímera; se involucraron en las luchas internas de los aborígenes, tras de lo cual convencieron a los ganadores de las contiendas, de integrarse a la Unión Americana, gestión de “diplomacia con cañones” que sentó un precedente para la política exterior norteamericana, pero que al parecer, en el momento no le interesó a Washington.

Al ser terminadas las reparaciones, Porter consideró cumplida su misión contra los balleneros y transporte civiles ingleses, y se alistó para incrementar su prestigio combatiendo ahora contra buques de guerra. Entonces, temerariamente el 13 de diciembre de 1813 se dirigió, acompañado solamente del “Essex Junior”, hacia la costa chilena, en donde sabía que se encontraría con la fuerza inglesa que estaba buscándolo.

En efecto, en Santiago de Chile se encontraron los dos futuros adversarios en una reunión social en casa del enviado americano, en la que con “cordialidad y respeto” trataron de establecer reglas de juego para el inevitable combate y acordaron respetar la neutralidad de las aguas chilenas. Porter planteó un duelo entre las dos fragatas, el cual Hillyar rechazó, y poco tiempo después zarpó con el “Phoebe”, y uno de los balandros armados, el “Querubin”.

La fuerza británica permaneció a la salida del puerto de Valparaíso, esperando que Porter saliera, para obligarlo a combatir. El encuentro se dio muy pronto; gracias a que por el   mal tiempo, que lo azotó sin tregua, el “Essex” sufrió en sus anclas, arboladura y velamen, graves daños, sin embargo, se refugió, y se alistó para el combate, en una pequeña rada afuera del puerto de Valparaíso, pero dentro de aguas territoriales chilenas. Dado que el “Essex Junior” en realidad no era más que un ballenero armado, permaneció al margen del combate.

El 28 de marzo, el “Essex” entró en combate contra el “Phoebe” y el “Querubin” los cuales, gracias a sus condiciones marineras prácticamente intactas, y a la superioridad numérica y del armamento, muy pronto lo dejaron fuera de combate. Por el certero fuego británico, su santabárbara estalló en llamas y dejó entre sus 255 tripulantes, 58 muertos y 65 heridos. Solo en este momento Porter autorizó abandonar el buque.

El capitán Hillyar reconoció el valor de la tripulación de la fragata norteamericana “ ...  La defensa del Essex, tomando en consideración nuestra superioridad y las desfavorables circunstancias de haber perdido su mastelero mayor honra a sus bravos defensores y evidencia de manera clara el coraje del capitán Porter y aquellos bajo su mando ... “

El caballeroso comandante inglés permitió que los sobrevivientes del “Essex” se embarcaran en el “Essex Junior” y les dio un salvoconducto para que pudieran regresar a su país. El 5 de julio de 1814, a la entrada del puerto de Nueva York la fragata británica “Saturno” por segunda vez los abordó, e irrespetando el salvoconducto del capitán Hillyar, los detuvo.

No estaba Porter para ser detenido a una pocas millas de su patria, después de 21 meses de lucha. Con parte de sus bravos hombres, incluido el guardiamarina David Farragut, ahijado de Porter y futuro primer almirante de la Armada, dejaron una nota al comandante inglés y tripularon un bote ballenero, en el que a fuerza de remos y un improvisado velamen, y perseguidos por la “Saturno” huyeron por 60 millas hasta llegar a Long Island, en donde como en todo el país posteriormente, fueron recibidos como héroes.

A pesar de haber perdido su buque, sus conciudadanos y su gobierno les reconocieron el haber capturado 22 buques enemigos,  y buena cantidad de mercancías, enfrentarse bravamente, en condiciones de inferioridad, con los ingleses, y haber explorado el Pacífico Sur. Porter y sus hombres dieron un ejemplo de valor y de coraje con pocos antecedentes en los relatos de la historia de los hombres que han luchado en el mar.

 

El ballenero Essex

La isla de Nantucket está situada en la costa este de los Estados Unidos, al sur de la Nueva Inglaterra. Desde el siglo XVIII se comenzó a desarrollar aquí una próspera industria basada en la caza de ballenas para utilizar su mas precioso componente: la grasa, que convertida en aceite, por la época era una valiosa mercancía, utilizada principalmente para la iluminación y muchos otros usos domésticos e industriales.

Esta industria, que trajo gran prosperidad a la isla, y se convirtió en el eje de su economía, estaba liderada por cuáqueros, quienes a pesar de su particular ética no tenían inconveniente en escatimar tanto la paga de las tripulaciones como los suministros, especialmente la comida, para lograr los mayores beneficios que fuera posible. Alrededor de 1712 se encontraron por primera vez en las afueras de Nantucket: los cachalotes (sperm whales), que aunque más rápidos y agresivos que las “ballenas francas” producían un aceite de mejor calidad y mas fácil de manipular. Entonces, se dieron a una implacable caza que alrededor de 1760 había extinguido prácticamente las ballenas y cachalotes.

Lo anterior obligó a los balleneros a alejarse cada vez mas de Norteamérica, teniendo que llegar ahora hasta las costas de Chile, Perú Ecuador y el Pacífico occidental, mucho mas al oeste de las islas Galápagos. Por ser los viajes más largos (alrededor de dos años) se estimuló el crecimiento de las flotas balleneras, llegando la flota basada en Nantucket, a principios del siglo XIX a tener más de setenta buques balleneros.

Uno de estos buques era el "Essex”,  que con su 24 años de edad, 27 metros de eslora y 238 toneladas de desplazamiento estaba pronto a cumplir su ciclo de edad, por lo que sus armadores no se preocuparon demasiado por su mantenimiento. Su tripulación la componían 21 hombres así: Capitán George Pollard, 1er Oficial Owen Chase, ,2º Oficial, Mathew Joy, 3 Arponeros, 13 marineros, un camarero y un grumete.                   

Entre los 13 marineros se contaban 7 de raza negra, la mayoría de ellos denominados “manos verdes”, por su poca experiencia. George Pollard, de 28 años, haría su primera navegación como capitán, pero anteriormente se había desempeñado durante casi 4 años como primero y como segundo oficial, y por tanto era el mas conocedor del “Essex.”

Así tripulado, el ballenero zarpó el 12 de agosto de 1819 con destino al Pacífico Occidental, navegación que se hizo sin incidentes mayores hasta iniciar el paso por el Cabo de Hornos, lo cual le tomó mas de un mes, logrando por fin pasar al Pacífico a principios de enero de 1820. Recordemos que a la fragata del mismo nombre, en 1812 esta navegación le tomó otro tanto, y que el experimentado capitán Bligh, con el “Bounty”, no logró hacerlo, y por tanto debió doblar por el Cabo de Buena Esperanza para llegar al Pacífico Sur.

Después de aprovisionar en Talcahuano comenzó, ahora sí, su faena con una relativa buena suerte, pues en dos meses de operación logró capturar 11 ballenas. La faena de pesca de ballenas era especialmente dura, peligrosa y sucia; la tarea de localizarlas, arponearlas, e inmovilizarlas al costado del buque era solamente el principio, venía ahora el trabajo de matar un animal furioso y herido, de una longitud con frecuencia superior a la eslora del buque, y “descuartizarlo” en trozos manejables para hervirlos a bordo, con el fin de obtener el preciado aceite, y estibarlo en barriles de madera.

No hallando mas pesca en el litoral chileno, Pollard procedió hacia las islas Galápagos, en donde embarcó una buena cantidad de tortugas gigantes, y pretendía continuar hacia una zona denominada de “pesquería de alta mar”, a unas 1800 millas frente la costa peruana, entre la línea ecuatorial y el paralelo 15º sur. Hacia allí navegaba con rumbo oeste, a la altura de la línea ecuatorial, y a unas 1500 millas al oeste de las islas Galápagos, en la mañana del 20 de noviembre de 1820.

Cerca de las 8 de la mañana, el “Essex” localizó un grupo de cachalotes; se arriaron los tres botes, cada uno al mando de un oficial se dedicó a la caza. Uno de los botes quedó averiado, por lo que fue de nuevo izado a bordo. Entonces, desde el buque observaron un inmenso cachalote, (unos 26 metros y 80 toneladas según testimonio de la tripulación), que daba vueltas alrededor del buque, resoplando, sumergiéndose y emergiendo. La tripulación lo observaba con curiosidad hasta que se alejó un tanto. Entonces, tomando impulso se dirigió a toda velocidad hacia el “Essex” y lo golpeó por tres veces; el ballenero se estremeció con cada golpe, y su viejo casco quedó irremediablemente averiado.

Desde los dos botes que aún se hallaban en faena observaron incrédulos como el “Essex” se hundía de proa, y hacia allí se dirigieron. El capitán Pollard se hizo cargo de la situación; desde los botes subiendo y bajando una y otra vez al buque a punto de hundirse, sacaron todo lo que les pudiera ser útil: alimentos, algunas tortugas de Galápagos, agua potable, aparejos de pesca (que de poca utilidad fueron) lona para hacer velas, maderos, herramientas, armas, instrumentos de navegación, y dos ejemplares de un libro familiar para todos los navegantes: el “American Practical Navigator” de Bowditch.

Se iniciaba ahora el trabajo para sobrevivir; comenzando por ponerles palos y velas a los tres botes, y con maderos encontrados a bordo, subirles las bordas 15 centímetros. Pero, tan importante como todo esto, debería ser el plan de hacia dónde dirigirse. Dado que los botes no podían navegar contra el viento, estaba claro que no sería posible navegar 1500 millas hacia el este buscando las islas Galápagos, o las costas del Ecuador, Chile o Perú.

Quedaba la opción, más probable en opinión del capitán Pollard, de navegar con el viento hacia el oeste, buscando las islas Marquesas, pero relatos que corrían entre la tripulación sobre el viaje de la fragata “Essex” en 1813, que daban cuenta de prácticas de canibalismo y de homosexualidad ritual en éstas islas, sembraron el miedo en algunos. Sería difícil también pero no imposible buscar las islas de la Sociedad, y aún Tahití, o Hawai, a 2500 millas al noroeste, opciones que también había contemplaba Pollard.

Pollard no supo imponer su criterio a sus oficiales, aunque eran mas jóvenes e inexpertos que él, y terminó por aceptar la alternativa de navegar unas 1500 millas hacia el sur, en donde se supone que encontrarían una brisas variables que los podrían llevar a las costas de Sudamérica. Calculando que las provisiones les durarían unos 60 días, ese era el tiempo que deberían emplear para el viaje. Entonces, se repartieron los 20 sobrevivientes y las provisiones en los tres botes aparejados como goletas, y zarparon hacia la incertidumbre.

Navegando trabajosamente las 1500 millas esperadas y comenzando a sufrir el suplicio del hambre, la sed y las enfermedades, exactamente al día 30 del ataque del cachalote, hallaron un islote desolado llamado Isla Henderson, en donde a duras penas encontraron algo de agua dulce  y algunos alimentos. Pero estaban más lejos de la costa sudamericana que cuando iniciaron el viaje. A la hora de partir de la isla, tres de los tripulantes se negaron a continuar el viaje, y permanecieron en ésta, con la esperanza de ser rescatados (lo fueron). Los tres botes, con algo de brisa favorable lograron navegar hacia el este, buscando la isla de Pascua, que se hallaba mas o menos en la misma Latitud, pero no la encontraron, aunque con el tiempo, siguiendo el método usado por el capitán Bligh del “Bounty”, por medio de una brújula y una corredera improvisada, habían aprendido a llevar una estima, apenas aproximada.

Gravemente enfermo por el hambre y las penalidades, el día 10 de enero de 1821, el segundo oficial Joy falleció, y dos días después el primer oficial Owen Chase se separaría de los otros botes, pero todos continuaban navegando en dirección general hacia el este. En todos los botes las provisiones estaban agotadas, y como consecuencia el día 20 un nuevo tripulante fallecería en una de ellos.

Se inicia aquí la etapa de mayor horror. Después de muchas discusiones, los otros tripulantes del bote, obedeciendo al hambre que amenazaba con matar a todos, deciden, en lugar de arrojarlo al mar. En los siguientes días fallecieron otros cuatro hombres, y sus cuerpos corrieron la misma suerte. Esta macabra rutina se hizo peor, cuando a no fallecer ninguno se decidió echar a la suerte quien sería el próximo en servir de alimento.

Por fin, el día 18 de febrero, aproximándose a la costa chilena, más o menos a la altura de la isla de Juan Fernández, la tripulación de un buque inglés, horrorizada halló en el primer bote unos esqueletos vivientes, aferrados a unos huesos humanos, tratando de sacarles el último vestigio de alimento. Habían transcurrido 90 días desde su desdichado encuentro con el cachalote. Cinco días después del providencial salvamento de sus compañeros, los otros botes llegaron a tierra, unas trescientas millas al sur. Los despojos humanos en que se habían convertido las tripulaciones fueron trasladados a Valparaíso, y finalmente a los Estados Unidos.

Aquí terminó su viaje la tripulación de “Essex”, pero no sus tribulaciones. De los 12 sobrevivientes, incluidos los 3 que permanecieron en la isla Henderson y uno que había desertado antes de zarpar hacia las islas Galápagos, pocos pudieron llevar una vida normal, por las irreparables secuelas físicas, y por el recuerdo de su accidentado viaje.

Entre ellos estaban el grumete Thomas Nickerson, quien se había embarcado en el ballenero para el desafortunado viaje cuando apenas había cumplido 15 años, y el primer oficial Owen Chase, quien sin embargo, terminó por fallecer demente. Los dos escribieron escalofriantes relatos de la aventura, que fueron la base para que posteriormente el escritor Herman Melville escribiera la famosa novela “Moby Dick”. 

 

Bibliografía

Philbrick Nathaniel “Viaje al corazón del mar”. Editorial Mondadori, Barcelona, 2001.

Henry E. Gruppe.”La aventura del mar – La fragatas”. Ediciones Folio, S.A. Barcelona 1996.

Jorge Cárdenas Nannetti. “Los Estafos Unidos ayer y hoy”. Editorial Norma, Bogotá 1998.

Cartografía. María Eugenia García Iriarte.


A los marinos de Colombia se dedican estos resúmenes.  Los PAÑOLES DE LA HISTORIA, son un  homenaje al pasado que como el mar, es infinito e inescrutable, pretendiendo rememorar la historia, convirtiendo la pluma en espada, los argumentos en un cañón y la verdad en un acorazado.


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