Unidos por el mar y exhaustos por el último poste |
No 58 Marzo / 2005 |
Informativo virtual para integrar la familia naval colombiana |
Cuando llegaron al aeropuerto militar, pasando por largos túneles que atraviesan las pistas, e ingresaron al salón VIP, donde los esperaba el señor COARC (quien llegó tan fresco como una “lechuga” después de una hora de work-out en un gimnasio), con su atento, eficiente y pilo ayudante Capitán de Navío Mauricio Ospina, las caras de los consejeros empezaron a mostrar asombro y algo de incredulidad, pues la madrugada aún les permitía inferir que estaban soñando. Luego de los saludos de rigor y par tintos, pasaron a la pista donde estaba parqueado un moderno avión que en su fuselaje destaca el nombre: Armada. Frente a las escaleras, los oficiales de la nave, debidamente uniformados con sus overoles, insignias y distintivos, presentaron protocolario y amable saludo a los pasajeros.
LA NAVE
Al ingresar a la cabina, su aspecto interior parecía al de una nave de
la “Guerra de las galaxias”. Pantallas (para observar la carta de los
restaurantes, las placas de los automotores y "quien con quien" ingresa o
sale de los moteles, desde 14.000 pies de altura); manómetros
que indican y señalan todo (los buenos pensamientos del piloto, el apetito y sed
de los pasajeros, el mal genio del capitán Prieto Ávila jugando golf,
etc.); sillones mullidos y giratorios con escotillas de observación,
computadores con mapas y planos a diferentes escalas y etc. etc. Luego de estar
los ocupantes acomodados, los motores se encendieron y se escucharon las
instrucciones de rigor, recitadas de memoria como la “oración del marino”, por
el piloto, un avezado capitán de Fragata. Cuando
el
avión despegó en un cuarto de pista y empezó el vuelo hacia la Ciudad Heroica,
lo único
que extrañaron los viajeros en el grato vuelo fue las piernas de la azafata,
pero, en medio de todo, fue bien reemplazada por un sub-oficial técnico que
ofreció donna`s con café, coca-cola o jugo de naranja. Los miembros del Consejo Naval fueron
invitados a recorrer los diferentes compartimentos del avión donde les
explicaron de manera detallada el funcionamiento de los aparatos y los variados
sistemas que posee la moderna nave. El piloto y copiloto recibieron, de uno en
uno, durante varios minutos en su cabina, a los visitantes y les dieron una
verdadera instrucción sobre la nave y el delicado oficio de pilotear un avión,
habiendo quedado en la mente de los consejeros la secreta y recóndita
frustración de no haber sido pilotos, además de marinos. El vuelo se realizó en
condiciones climáticas excelentes y después de dos horas, que pasaron
fugazmente, sin un "vacío", se llegó al destino a la hora
programada.
INSTALACIÓN DEL CONSEJO NAVAL
Con la mayor solemnidad en el auditorio Geza-Denesfay; que se encontraba lleno en la platea, balcones y “gallinero”, se dio inicio al acto de instalación del Consejo de Historia Naval con las siguientes actividades:
1- Himno de la República de Colombia.
2- Palabras del Señor Comandante de la Armada Nacional Almirante Mauricio Soto Gómez.
3- Palabras
del Señor Presidente del Consejo de Historia Naval Vicealmirante Carlos Ospina
Cubillos.
4- Presentación del libro "ANÁLISIS HISTÓRICO DEL DESARROLLO MARÍTIMO COLOMBIANO" por el autor, Capitán de Navío Enrique Román Bazurto.
5- Himno de la Armada República de Colombia
Las
serias y obligantes intervenciones de los distinguidos oradores, señalaron la
obligación y compromiso de los miembros del Consejo ante la Comunidad Naval,
para sacar adelante el Centro de
Historia, con la misión específica de rescatar la tradición, redimir
valores, recapitular memorias,
recuperar documentos y recobrar los símbolos de nuestra querida Armada Nacional,
que se encuentran algunos dispersos, otros olvidados y la mayoría perdidos.
Además, el vicealmirante Ospina Cubillos destacó el apoyo y decisión del señor
COAR para la creación y funcionamiento del Consejo de Historia Naval. Más que
una sesión solemne fue un simbólico juramento de bandera de los miembros del
Consejo, para cumplir con la misión encomendada. El capitán de navío Carlos
Prieto, al escuchar tan importante compromiso de “trabajar” ardua y duramente,
en ese preciso momento, abandonó el recinto para ir al “jardín”…
Seguidamente, dada la hora y apetito, los miembros del Consejo fueron invitados a compartir el almuerzo con el Batallón de Cadetes, pero los Capitanes de Navío, el “pollo” Ricardo García y Jesús Caro tenían temor que esta amable y opípara invitación estuviera precedida, como se acostumbraba antaño, de una o dos vueltas al último poste, pero gracias a la oportuna sugerencia del cargaladrillos Jorge Serpa, quien les dijo que estuvieran tranquilos porque él, como persona previsiva, les podía hacer extensiva una “excusa del servicio” emitida por el enfermero Pinto, que evitaría la sudadita antes del almuerzo.
Para
sorpresa, el comedor ya no está localizado en la edificación donde hace cuatro
décadas “Bailabien” y el “Mudo”, servían de
almuerzo un extraño plato de origen desconocido
llamado ragout, adornado con abundante salsa de carne y siempre acompañado por
una palangana de arroz, que complementaba el sustento matinal, la mazamorra de
maíz peto, que se sudaba o transpiraba todo el día y era la culpable de la
somnolencia durante la mañana en el salón de clase. El nuevo comedor, localizado
al frente del anterior refectorio, con aire acondicionado central, confortable
mobiliario cuyas sillas tienen espaldar (reemplazaron los tradicionales
“pisos”), ofrece un ambiente de amplitud y comodidad, que los cadetes
colombianos solo veían cuando viajaban a otros países. Las viandas servidas
parecían traídas del “Club de pesca” o del restaurante “Capilla del Mar”.
Prusiana la disciplina; francés los refinados modales e inglés el comportamiento
de los cadetes en el comedor, que ocasionalmente se interrumpía por el grito de
los “joches” que a todo pulmón gritaban: “permiso sigo”. Después de muchos años
volvieron a ser comandantes de mesa los señores, almirante Alvaro Campos,
contralmirante Luís Carlos Jaramillo y los capitanes de Navío Jesús Caro,
Ricardo García y Carlos Prieto; al Presidente y Vicepresidente del Consejo,
Vicealmirante Carlos Ospina y cargaladrillos Jorge Serpa les tocó de reclutas,
en la mesa principal, presidida por el señor almirante Mauricio Soto y
contralmirante Alfonso Díaz.
Es importante destacar que para algunos de los miembros del Consejo, la circunstancia que el COARC almorzara en el mismo recinto con los cadetes, constituye hecho novedoso y digno de exaltar, ya que, en épocas pretéritas, nunca los cadetes compartieron manteles con las “palas pesadas” de la Armada.
Durante el almuerzo, el Director de la ENAP, obsequió a cada uno de los miembros del Consejo el lujoso libro sobre la Escuela editado por Consuelo Mendoza Ediciones, con prólogo del almirante Orlando Lemaitre Torres, presentación del contralmirante Alfonso Díaz Gutiérrez de Piñeres, con magnífica reseña histórica del capitán de navío Luís Francisco Chacón Peña, un artículo de Juan Gossaín y muchas hermosas fotos a color de Carlos Beltrán, que muestran lo que es actualmente el centro de formación de los oficiales navales y de infantería de marina, cuyo comentario y promoción será enviado a la familia naval próximamente.
RECORRIDO POR LA ESCUELA
Después del almuerzo, se procedió al tour por las instalaciones
de la Escuela,
visitando las aulas remodeladas, que no tienen “nada que ver” con las que
utilizaron los cadetes de la segunda mitad del pasado siglo. Las actuales aulas
tienen tres niveles, aire acondicionado, mesas anchas con enchufes para los PC,
sillas ergonómicas y están equipadas con las últimas ayudas audiovisuales. Los
pupitres, los tableros de tiza y los estantes de antaño desaparecieron, para dar
paso a la modernidad y progreso del siglo XXI.
También visitaron los "ranchos" o alojamientos encontrando las camas impecablemente tendidas y los pisos con el brillo y resplandor que han dejado las mopeadas de ochenta contingentes; luego pasaron a la enfermería, un moderno mini-hospital de emergencias, debidamente dotado, al cual no llevaron a Jorge Serpa, por temor a que “inventara” un resfriado o repentina enfermedad y quedara incapacitado durante el fin de semana, rememorando sus épocas de Escuela y prefirieron dejarle el “chicharrón” de presentar al personal de Cadetes, un audiovisual sobre la Batalla de Trafalgar, pues próximamente el buque escuela “ARC Gloria”, zarpará al histórico lugar, para unirse con todos los veleros del mundo a fin de conmemorar los doscientos años de la victoria del Almirante Lord Nelson.
Pero esta visita, reencuentro con el pasado, que a todos embargó de nostalgia, también fue un viaje al futuro que llenó de orgullo. A la mente de los Consejeros, que tienen ahora el compromiso de rescatar la tradición del pasado, llegaron los capítulos de la prolífera existencia de la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla que ha sido conducida por 36 directores, desde el Capitán de Navío Ralph D. Binney en 1935, hasta el Contralmirante Gabriel Arango Bacci en 2005, por un distinguido cuerpo de oficiales y profesores, quienes han sabido imprimirle el necesario sello de calidad académica, sobriedad y rigidez, que exige la formación naval militar. En ella han cumplido funciones docentes importantes personalidades y educadores del ámbito regional y nacional, como el profesor Alvaro Rueda Gómez, quien luego de enseñar matemáticas en la ENAP, posteriormente fue el primer Decano de la Facultad de Administración de la Universidad Autónoma de Bucaramanga –UNAB- y luego Rector de la Universidad Industrial de Santander –UIS-.
La Escuela
Naval Almirante Padilla es depositaria
de parte importante del patrimonio histórico, al estar situada en los
alrededores del Fuerte de Manzanillo y en los predios del primer aeropuerto
que tuvo la ciudad de Cartagena, habiéndose colocado la primera
piedra, en 1955, siendo Comandante de la Armada el entonces Capitán de Fragata
Jaime Erazo Annexi y Presidente de la República el Teniente General
Gustavo Rojas Pinilla. En 1961, siendo
Director de la Escuela el señor Capitán de Navío Orlando Lemaitre
Torres, se trasladó de Bocagrande a
Manzanillo.
Grandes triunfos jalonan la feliz trayectoria del establecimiento de formación naval. Durante el transcurso de su larga singladura, por sus aulas han pasado cientos de alumnos los que, orientados principalmente hacia la carrera naval, en las Marinas de guerra y mercante, han demostrado a través de su eficiente y positivo desempeño la alta calidad de la educación recibida. Esta se ha visto reflejada, también a nivel nacional, en los campos de la industria, la política, la docencia y el deporte, áreas donde los ex-alumnos, han destacado y puesto en evidencia que poseen un sello característico, impreso por el Instituto que lleva por lema los conceptos de patria, esfuerzo, sacrificio, honor, eficiencia y disciplina.
Actualmente, tras cuatro años de estudios en el área naval, el plantel gradúa Oficiales Ejecutivos, Infantes de Marina y del cuerpo logístico, sirviendo de único establecimiento matriz donde se forman los Oficiales de la Armada que, en sus respectivas áreas de gestión, cumplen diferentes roles, orientados todos a servir a Colombia en el amplio y promisorio escenario marino, de sus dos océanos, y en el fluvial, con cientos de ríos navegables, señalados desde los albores de la vida republicana, hasta nuestros días.
VISITA A COTECMAR
Seguidamente, la comitiva partió para Cotecmar donde fueron recibidos
por los directivos, ingenieros y técnicos del moderno astillero. Ciertamente, al
ingresar a estas modernas instalaciones los miembros del Consejo de Historia
Naval, podían pecar de incredulidad; daba la irreal impresión de estar en una
sofisticada industria de Kiel. Cotecmar es una industria naval, marítima
y fluvial, cuya actividad se encuentra en las áreas de diseño, construcción,
reparación y mantenimiento de diferentes tipos de buques, motonaves y artefactos
marítimos y fluviales, para lo cual cuenta con astilleros en Cartagena,
ubicados en el sector industrial de Mamonal y otro en
Bocagrande. El
Astillero de Mamonal trabaja con un sistema de levante
sincroelevador, con la disponibilidad de siete posiciones de varada y sus
correspondientes talleres de apoyo en las áreas de mecánica, paileria y
soldadura, sand blasting y recubrimientos. Esta empresa que es orgullo de la
ingeniería naval colombiana, se ha propuesto ser líder científico y tecnológico
de la industria astillera del continente. Por esta razón Cotecmar es un lugar de
convergencia de todas las entidades poseedoras de importantes recursos para
sacarla adelante y su gran fortaleza radica en su carácter tecnológico vinculado
al proceso de investigación y desarrollo.
RECEPCIÓN
En la noche, los Consejeros fueron atendidos por el CFNC, Contralmirante Alfonso Díaz Gutiérrez de Piñeres, quien para no quedarse atrás, en el patio de su residencia ofreció con su amable y distinguida esposa una elegante cena, precedida de unos cuantos whyskies. En medio de anécdotas, recuerdos y amena conversación, se percibió la aguda memoria de los almirantes Orlando Lemaitre, Rafael Grau y Holdan Delgado. De igual manera, el Almirante Mauricio Soto, hizo gala de simpatía, con unos cuantos chistes y de seriedad al insistir y persistir ante los miembros del recién instalado Consejo de Historia Naval, que tenían que investigar, leer, indagar y escribir, en otras palabras, tenían que trabajar duramente, para sacar adelante las metas propuestas por su comando que incentiven en el ámbito naval el conocimiento de la historia, tradiciones y cultura, proyectando al Consejo de Historia como un punto de encuentro y enlace entre la comunidad académica y la comunidad militar.
De regreso a la Base Naval, en la guardia externa, a eso de las 23:30 horas, el acucioso Sub-oficial de Guardia detuvo la rutina para indagar sobre los ocupantes que se dirigían a la Cámara de Oficiales a descansar después de 19 horas del “alza arriba”. Al ser enterado de quienes eran y luego de indagar por teléfono a varias personas y lugares se limitó a exclamar, ante el asombro de todos: “ustedes no pueden entrar porque no han salido…”
Esa fue la apretada agenda del primer día y el compromiso solemne del Presidente, Vicepresidente y los cinco asesores del instalado Consejo de Historia Naval; pero también fue una visión rápida de lo que es la Armada República de Colombia en los inicios del tercer milenio; una marina moderna, disciplinada, con personal altamente calificado que siempre responderá al difícil compromiso de mantener la soberanía en dos océanos, de luchar y acabar la guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico. Al retornar a Bogotá, los Consejeros recordaron el saludo y "empujón" que el Almirante Mauricio Soto Gómez, del Glorioso Contingente 38, les dio a los que ahora tienen como misión investigar y estudiar el pasado, cuando al abordar el avión les dijo: "Bienvenidos a la Armada del Siglo XXI".
Como él lo recuerda en este libro, fueron muchas las veces que se arriesgó, con su amigo de siempre Pacho Rengifo, el paso entre la isla y el Club Naval de Castillo Grande (CN), en la punta del barrio del mismo nombre, en cayuco, primero a canalete y posteriormente, con improvisada vela, y en algunas ocasiones atravesándose a los Destructores que entraban o salían de la bahía por este obligado estrecho.
A medida que crecía también lo hacía su afición por el mar y empezó a hacer uso de las oportunidades que el CN ofrecía a sus socios y por extensión a sus hijos, cuando adquirió botes y pangas en los cuales ya, con la instrucción de profesores y amigos gomosos, pudo adquirir conocimientos básicos de la navegación a vela.
Durante el bachillerato, cuatro años en Cartagena y dos años en Bogotá, siempre le llamó la atención ingresar a la ENAP, pero al final, cuando como se dice: “a la hora de la verdad” decidió mejor seguir la carrera de Ingeniería Civil. Por eso siempre me ha llamado la atención, que después de hacerse profesional de la vida Civil, no se le hayan olvidado sus andanzas marineras juveniles y hoy en día sea un gran navegante, y además haya ingresado al programa de la Reserva y sea un Teniente de Fragata de la Reserva Naval. Será algo de frustración por la carrera Naval?.
Bueno, todas estas elucubraciones me llevan a la realidad para presentar este libro, el cual, es todo un tratado sobre lo que debe saber un navegante a vela, pues aquí encontramos todo, absolutamente todo lo concerniente a la formación empírica de un navegante a vela, y digo empírica, porque en realidad Jóse se ha formado en este aspecto solo, sin profesores, salvo los del CN durante muy poco tiempo. Todos los conocimientos se puede decir que los adquirió por su cuenta, la mayoría por observación y práctica de estas observaciones y las demás por lecturas sobre el tema. Recuerdo que muchas veces se me desaparecía de mi Biblioteca el BOWDITCH (The Americam Practical Navigator), hasta que lo descubrí y desde entonces él es su dueño.
Pero es admirable! Cómo una persona inteligente y bien formada como Jóse puede combinar todos sus conocimientos, no importa cómo los haya adquirido, para satisfacer sus deseos sobre algo que realmente lo pone a prueba de todas sus capacidades físicas e intelectuales como es navegar a vela en Altamar. Aquí en este libro encuentra, desde el novato hasta el lobo de mar, todo un tratado, desde como adquirir el bote que llena sus ilusiones, haciendo parte de un grupo de socios apropiados, ya que hacerse al bote uno solo es muy difícil, a no ser que sea millonario...!. Luego participar en la puesta a punto, ya que generalmente lo apropiado es hacerse a un bote que no esté en servicio sino en conservación cuyos costos son menores, y estar, como se dice: “al pie del cañón” la mayor parte del tiempo viendo como progresa la recuperación de esta ilusión.
También nos
cuenta Jóse, y nos enseña, cómo fue aquello de conseguir la tripulación ideal
para traer a casa su joya compartida, y vemos que esto fue un proceso de
selección de personal, que no culminó como se había pensado, pero que al final
se obtuvo una tripulación reducida, pero de grandes calidades para cumplir la
meta.
Ya conseguido el
bote y definida la tripulación, Jóse , continúa su tratado describiéndonos como
fue el proceso logístico para el aprovisionamiento, como fue que aquellos tres
tripulantes, incluido el Capi, aportando cada cual sus conocimientos, definieron
y adquirieron el tipo de provisiones mas adecuadas para la travesía, y como fue
que él pensó dentro de su optimismo que había que celebrar en algún momento el
éxito y escondió una botella de vino para el efecto
...!.
También es importante destacar que su sentido de responsabilidad y seguridad lo hizo consultar, por recomendación de su padre con algún navegante de altura conocido que, desde luego en la ARC hay para escoger, y así, fue que lo escogimos para que le diera algo así como un Vo.Bo. a sus conocimientos de navegación, y el resultado de la charla con el Capitán de Navío Jorge Alfonso Guerrero E., veterano lobo de mar de los siete mares, es una anécdota que vale la pena leer e imaginársela en toda su extensión y significado. Pero al mencionarla quiero resaltarla como una parte muy importante del tratado que Jóse nos hace en su libro, es decir, que no ahorró ningún esfuerzo para que su proyecto de la traída del velero fuera todo un éxito.
Es tan minuciosa la descripción de toda la iniciativa que Jóse desarrolló para su Proyecto, que no puede pasarse por alto el haber tratado de comunicarse oportunamente con el Arquitecto Naval francés quien diseñó y construyó el velero, para pedirle recomendaciones sobre su correcta operación, y aunque la respuesta le llegó después del momento necesario, no deja ser una nota muy especial que indica la responsabilidad y concentración sobre el desarrollo de la conducción del bote.
Se puede decir con toda la seguridad del caso que antes del zarpe, sobre todo del inicial, se tomaron todas las medidas y precauciones del caso, estableciendo una lista de chequeo, pues, hay que leer detenidamente todo aquello que era necesario para las comunicaciones, la electrónica para navegar con seguridad con rumbos y posiciones correctas, la recepción de reportes sobre las condiciones del tiempo, estudio de mareas y conocimiento del comportamiento del Mar y sus efectos sobre el velero durante el recorrido de piernas y singladuras, etc., es decir, en toda la preparación y alistamiento y así como durante toda la travesía, y entradas a puerto como escalas obligadas, se aprecia que siempre tuvo en mente la única recomendación del Capitán Guerrero: “tenga mucha prudencia” y como él dice, desde entonces nunca se separó de “Prudencia ...!”, y así fue como tuvieron que aplicarla desde el comienzo cambiando la ruta inicial debido a los informes recibidos sobre mal tiempo.
Pero Jóse no solamente es un gran navegante, sino que también escribe muy bien: su prosa es muy amena como lo podrán apreciar, aún tratándose de un tema bastante técnico se ha ingeniado para intercalar anécdotas reales muy curiosas como la visita de los pájaros y del tiburón que desafortunadamente no pudo compartir con nadie, pero de esto y muchas otras situaciones fue sacando sus lecciones para él y para todos los que tengamos el privilegio de leerlo. Además, el hecho de ir describiendo los aparatos utilizados y las formas de navegar y utilizar las velas según las circunstancias, también contribuye enormemente a eliminar la monotonía en la narración y hacerla además de instructiva, muy interesante para el lector.
Tenemos pues entre manos, un libro, en el cual el autor ha logrado combinar en forma muy acertada, todo lo relacionado con la navegación a vela, con el relato ameno y descriptivo de todas las circunstancias que rodearon la realización de una travesía en Altamar, para traer un velero que colmó las ilusiones de un gran aficionado y de un gran navegante ....
“VIVIR NO ES NECESARIO, NAVEGAR SI LO ES !”
BUEN TIEMPO Y BUENA MAR JOSE!...
CALM Neftalí Gómez Ávila CN 20-007
Bogotá D.C.
Junio de 2004.
... por los ríos y los mares.
Doctor
JORGE SERPA ERAZO
Apreciado Jorge:
Por ausencia forzada por vacaciones y otras causas, sólo hasta hace pocos días me enteré de la creación e instalación del Consejo de Historia Naval Colombiano del cual fuiste nombrado Vicepresidente como reconocimiento a tus méritos intelectuales, tu gusto y conocimiento de la historia, por lo cual recibe mis felicitaciones más sinceras y mis votos por tus éxitos, sentimientos a los cuales se unen los miembros de la Liga Marítima de Colombia.
La creación de este Consejo de Historia Naval constituye un grato acontecimiento para la Liga pues desde meses atrás la Limcol estuvo promocionando ante el Comando de la Armada su creación y brindándole apoyo al Señor Almirante Soto para estos efectos, por lo cual conocer que nuestra idea y actividad se convirtieron en realidad constituye una satisfacción y nos incita a continuar laborando en equipo para el logro de los objetivos de la Liga y la colaboración que podamos prestarle a la institución de nuestros quereres: la Armada Nacional
Finalmente, estas felicitaciones y deseos de éxito se extienden a los demás miembros del Consejo, señores almirantes Ospina y Jaramillo y a los asociados de la Liga almirante Alvarado Campos y capitanes de navío Jesús Enrique Caro, Ricardo García y Carlos Prieto.
Buen viento y buena mar
JORGE ORJUELA PÉREZ
ZAFARRANCHO GRAFICO
Apreciados Cyber-correderos: Dirección de correo electrónico: hydroblasting@hotmail.com
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VALM PANAMEÑO FORMADO EN LA ENAP
El Conti del 74, Ricardo Traad Porras, egresado de la Escuela Naval Almirante Padilla de Cartagena, ciudadano Colombo- Panameño, fue ascendido a Vicealmirante, por el presidente Torrijos y nombrado director De la dirección Marítima de la Republica de Panamá. El próximo 18 de marzo en la jura de bandera, en nuestra Escuela Naval será Condecorado por las Autoridades de nuestro país.
Alvaro Barrera Herrera CN 37-008
Arquitectura y Restauración
SUGERENCIA
Me permito sugerir que para la edición numero 58 de la corredera, se le haga un homenaje al contingente 58 .
De este contingente hay cuatro almirantes, tres de ellos en servicio activo.
Contralmirantes: Álvaro Echandia, Gilberto Rengifo, Orlando Malaver, Gabriel Arango.
Capitanes de Navío: Luís Uricoechea, Luís Orjuela, Jorge Azula, Jorge Manzanera, Alberto Moreno, Ernesto Diaz (Actual JEMAN) y Luís Fernando Lanziano.
Creo que me faltan otros pero para mayor información y fotografía por favor dirigirse al Calm. Gabriel Arango
Un abrazo
Cyber-mascaron de Proa |
Cyber-corredera- E-mail: lacorredera38@nikimicolombia.com Suscripción gratuita. Derechos Reservados. Se
invita a divulgar la información aquí contenida, citando la
fuente. |
NIKIMI COLOMBIA HS LTDA
PATROCINADORES DE CYBER-CORREDERA
Tiene el agrado de comunicar a los Cyber-correderos que próximamente, através de su tienda virtual podrán adquirir lo último en tecnología de punta desde cualquier parte del país. Este servicio llegará a ustedes vía Internet.
Información: info@nikimicolombia.com