Informativo virtual

 

 

 

 

 

Unidos por el mar

 

 

para integrar la familia

 

 

N° 179

 

 

y exhaustos por

 

 

naval colombiana

 

 

 

 

el último poste

 

 

 

www.cyber-corredera.de

 

 

 

Director: Jorge Serpa Erazo • Editor: TFES(r) Francisco Rodríguez Aguilera

 

 

mailto:enfermero@cybercorredera.com

 

 

 

 

EN ESTA EDICIÓN:

 

 

 

 

 

 

 

 

15 AÑOS CYBER-UNIENDO

 

 

151 JÓVENES INGRESAN A LA ESCUELA NAVAL PARA

 

CONSEJO DE HISTORIA NAVAL: LA CYBER-

 

 

SER OFICIALES DE LA ARMADA NACIONAL

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CORREDERA Y NUESTRA HISTORIA NAVAL

 

 

CYBER-POEMA

 

 

 

 

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, CYBER-CORREDERA!

 

CYBER-ZAFARRANCHO-GRAFICO

 

REMINISCENCIAS TRAÍDAS AL PRESENTE, FRUTO DE

CYBER-CORREO DE LA ARC LULU

NUESTRO CONTACTO CON LA FAMILIA NAVAL A

EL EQUIPO DE LA CYBER-CORREDERA

TRAVÉS DE LA MAGNÍFICA CYBER-CORREDERA

CYBER-MASCARON DE PROA

CYBER-REPORTAJE: ALM. LEONARDO SANTAMARÍA

 

GAITAN

 

YO CADETE FIRPO, III

 

15 AÑOS CYBER-UNIENDO

Por Jorge Serpa Erazo / 38-082 (Enfermero Pinto)

El 5 de enero de 2001 se editó y envió a los contis del "glorioso 38", por primera vez LA CORREDERA DEL 38, como un medio para organizar un homenaje a nuestro compañero de contingente Almirante Mauricio Soto Gómez, quien para esa fecha fue designado Comandante de nuestra Armada Nacional. Desde entonces, nos hemos entusiasmado con este oficio que ha ocasionado, en veces, desde afanes periodísticos hasta desavenencias conyugales por el tiempo que absorbe y la dedicación que requiere cada número.

Sin embargo son muchas las satisfacciones que sentimos cuando en apartados rincones del país y del mundo, los contis leen los artículos y noticias incluidas en este informativo virtual que muestran la faceta humana de los autores, que escriben para entretener, recordar y deleitar a los Cyber-suscriptores, que han venido aumentando significativamente.

Pero el resultado más importante que hemos logrado es el de integrar a la Familia Naval. Muchos compañeros que por distintas razones estaban apartados y distantes, hoy disponen de este informativo virtual para reencontrarse y comunicarse de manera grata y regular. Es así como a través de la hoy, CYBER-CORREDERA, tenemos noticia de lo que ocurre en el entorno de nuestra gran familia naval, a la cual pertenecimos (unos por poco y otros por mucho tiempo). Estamos despertando el deseo de transmitir la tradición a la generación siguiente, añadiendo nuestro aporte, nuestros recuerdos y nuestras vivencias. De ahí el colectivo deseo de comenzar la retrospectiva de nuestra propia historia, para facilitar a los marinos del mañana y a nuestros propios hijos, conocer los actos de aquellos que les precedieron en la vida soñando con el mar y amando la Patria. También se pretende mostrar la parte humana, graciosa y picante de aquellos momentos inolvidables, tan seductores de leer y placenteros de recordar.

Con el tiempo los escritos aquí publicados, aunque de momento puedan parecer frívolos, tirados de los cabellos o ladrilludos y son vistos como un buffet de entremeses, quizás serán recordados por cientos de pensamientos y fragmentos autobiográficos que revelan instantes de una o varias épocas de nuestra gloriosa y querida Armada Nacional.

Cada colaboración debe paladearse con el sabor, forma y consistencia propia de quien la escribe y aporta, haciendo un esfuerzo de memoria para contar las cosas que hace muchos años sucedieron, manteniendo un dialogo interminable, entre el presente que es individual y aislado con el pasado que es común y a todos nos une, como el "último poste".

En esta significativa edición queremos resaltar el magnífico e importante trabajo de nuestro editor TF Francisco Rodríguez Aguilera/ 74-065 quien, desde Alemania, con su ingenio y conocimiento diseña y elabora la Cyber- corredera. De la misma manera, reconocimiento al CRIM José Ramón Calderón Zambrano, activo y eficiente corresponsal en Cartagena.

No quiero terminar este editorial sin agradecer a todos los miembros activos y retirados de la muy querida Armada Nacional, el afecto y colaboración que le han dispensado a este medio virtual durante 15 años.

CONSEJO DE HISTORIA NAVAL:

LA CYBER-CORREDERA Y NUESTRA HISTORIA NAVAL

Por Valm Carlos Ospina Cubillos / 21-065, Presidente del Consejo de Historia

Nuestra Armada Nacional, dentro de las complicadas tareas que marcan sus obligaciones institucionales, cada día más complejas, siempre ha tenido un espacio para la historia. Distinguidos Comandantes como los Almirantes Gustavo Ángel y Hernando García impulsaron la creación de una Academia de Historia que desafortunadamente y por causas ajenas no pudo concretarse. Varios años después y tratando de revivir estos primeros esfuerzos, en julio del 2003, un grupo de oficiales retirados, miembros de la Academia de Historia Militar, con el importante apoyo del Sr. Almirante Guidberto Barona presentaron al Sr. Almirante Mauricio Soto Comandante de la Armada Nacional el proyecto para crear el Consejo de Historia Naval, como órgano asesor de la Institución en asuntos históricos. La Armada estudió la propuesta encontrando que con ella se llenaría el vacío existente en la recolección, conservación y difusión de nuestra historia.

Fueron muy importantes las observaciones del Sr. Almirante Mauricio Soto quien, como gran conocedor de la Institución y su historia, señaló y ordenó corregir algunos apartes de la propuesta como fue la necesidad de tener una dependencia que garantizara la seguridad y conservación del material histórico que se fuera recolectando, en otras palabras que todo ello quedara incluido legalmente en los inventarios de la Armada y fuese conservado en forma técnica y segura para la posteridad.

En esos días se desocuparon unas oficinas, en las dependencias de Dimar, por lo cual el Sr. Comandante de la Armada ordenó destinarlas como dependencias del Consejo de Historia Naval y lugar para ubicar archivos históricos, biblioteca, documentos, películas, álbumes, bitácoras y elementos donados. Así mismo, para legalizar el recibo y conservación del material, se creó la Secretaria de Historia a cargo de un oficial especialista. Bajo esta mecánica y gracias al apoyo de los Señores Comandantes de la Armada y Directores Marítimos, durante casi 10 años se fue recolectando e incluyendo dentro de los inventarios de la Institución una gran biblioteca especializada, valiosos documentos, libros, fotos, películas y muchos elementos que son cimiento de nuestra historia naval. Especial reconocimiento de esta época se debe hacer a los Señores Almirantes Directores Marítimos quienes apoyaron las labores históricas que, desde esa sede, se desarrollaron.

Una de las tareas más importantes para la Institución, ha sido hacer llegar la historia naval a la gente joven, especialmente los acontecimientos que marcaron el nacimiento y desarrollo de nuestra reciente Marina, que dio sus primeros pasos en 1932 ante un grave conflicto internacional y que, a partir de ese momento se fue formando, gracias al esfuerzo de muchas personas que incluso aún nos acompañan y conservan valiosos recuerdos de esos primeros pasos. Desde esa memorable época, hasta ahora, se han recopilado libros y testimonios valiosos de reunir, pues muchos de ellos se están perdiendo en el olvido.

Acercar a la gente joven de nuestra Armada al tema de la historia es una necesidad, y se han desarrollado diferentes actividades para lograrlo. Primero, utilizando métodos tradicionales como conferencias, libros, revistas, etc., igualmente se ha llegado a este grupo en forma ágil por medios virtuales gracias al economista Jorge Serpa Erazo, amplio conocedor de los ambientes universitarios y sus medios pedagógicos, muy vinculado a la Armada desde sus tiempos de cadete naval quién instituyó en enero de 2001 la Cyber-Corredera”, hoy con miles de lectores que, día a día, se mantienen informados sobre la Armada Nacional, su desarrollo, los avances de quienes la dirigen y la vida social de la familia naval. El Dr. Serpa, colocó este valioso y popular medio de comunicación virtual al servicio de la Armada Nacional para difusión de la historia, y es así, como en sus páginas van apareciendo artículos sobre sucesos marineros, relatos, recuerdos, fotos y anécdotas que reunidas, van conformando nuestro ayer y van alentando a muchos de nosotros a continuar esta tarea, relatando esos sucesos grandes o pequeños de los cuales un día formamos parte y que merecen quedar registrados.

El gran éxito alcanzado por la Cyber-Corredera”, nos llevó con la ayuda y apoyo del Departamento de Comunicaciones Estratégicas de la Armada Nacional, a generar una publicación escrita, donde los temas históricos fueran divulgados. Así nació el “Pañol de la Historia“, hoy con más de 60 fascículos publicados donde han quedado registrados sucesos, entrevistas, fotografías y partes muy valiosas de nuestra historia. Gracias a la Cyber-Corredera y en especial al “Enfermero Pinto“ la historia se ha acercado a miles de ex –navales que ven en sus páginas la invitación a contar y compartir esa parte de su propia vida marinera que va integrando y plasmando una historia importante, la Historia de la Armada Nacional.

Gracias por su apoyo Enfermero Pinto y que ojalá siga recibiendo y publicando muchas historias de sus lectores y que ello sea pronto, antes que el viento se las lleve.

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¡FELIZ CUMPLEAÑOS, CYBER-CORREDERA!

Por CDNA 34-30, Ricardo García Bernal

Hoy es de verdad un día para celebrar la feliz iniciativa de un grupo de oficiales, en su mayoría del curso 38 de la Escuela Naval, liderado por mi amigo el enfermero Pinto, alias “Jorge Serpa”, hace la friolera de 15 años.

He de confesar que sentí algo de envidia por esta idea, que poco a poco fue madurando, naciendo una publicación periódica seria y portadora de información sobre ellos mismos, al principio, limitada a este grupo, y posteriormente ampliando su cobertura a asuntos de la Armada Nacional, de la cual en la actualidad es una especie de agradable y completa vocera informal.

Esta envidia me fue disminuyendo cuando decidieron incluir a oficiales de otros cursos, en servicio activo, y retirados, a ex cadetes navales, a oficiales de otras fuerzas y a personas con algún vínculo con nuestra institución. Aquí fue cuando tuvieron la feliz idea de invitarme a este selecto grupo, siendo yo uno de los primeros oficiales no pertenecientes, pero sí amigo del grupo inicial del contingente 38, hasta completar más de 4,000 lectores y colaboradores de la Cybercorredera. Un verdadero record.

En este tiempo se ha ampliado para cubrir temas institucionales, técnicos, históricos, sociales etc. El servicio de condolencias nos informa sobre el deceso de compañeros, amigos y parientes de los cyberasociados. Más de uno (como yo), que ya ha llegado y pasado de los 70 años, lo observa con cuidado y como un compañero (no digo quien) dice, cuando uno encuentra su nombre en un anuncio de éstos, se queda tranquilo en su casa, y no vuelve a salir.

Las Cyber-Correderas, mes tras mes, muestran las actividades sociales, (especialmente de Cartagena) y más importante, las fotos, son testigos del paso de los años, y se puede observar que el tiempo no perdona, y que a veces hay algunos más “llevados” que uno, lo cual de alguna forma, le eleva la moral.

Entonces, cabe una cordial felicitación al enfermero Pinto, al TF Rodríguez, a “Chepe” Calderón, y a los otros colaboradores, por informarnos y alegrarlos todos los meses. “BZ”.

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REMINISCENCIAS TRAÍDAS AL PRESENTE,

FRUTO DE NUESTRO CONTACTO CON LA FAMILIA NAVAL A

TRAVÉS DE LA MAGNÍFICA CYBER-CORREDERA

Por TFRA Reinaldo Montalvo Lozada / 17-020

Definitivamente, el Enfermero Pinto y su tripulación se llevan por delante todas las publicaciones de su categoría, y merecen un inmenso reconocimiento de toda la familia naval, por su excelente y desinteresada labor.

En uno de estos días, releyendo la Edición No 173 de nuestro vínculo virtual con la Armada Nacional, me han venido a la mente recuerdos imperecederos de vivencias, aunque tal vez triviales, ocurridas en nuestros años de juventud, cuando iniciábamos nuestra carrera en la Escuela Naval, y un poco más adelante, en mi ejecutoria como Oficial Naval.

Impactantes las palabras del Sr. Almirante Manuel Avendaño Galvis con motivo la conmemoración de sus sesenta años de graduación. La serie de relatos sobre el desempeño de los miembros de su promoción, sus aportes a la Armada, su propio escalar de posiciones, nos llevan a confirmar mi apreciación de que somos lo que somos, gracias a la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”.

Cómo no recordar entonces, nuestros cuatro años juntos en la Escuela de Bocagrande, (de los cinco que nos tocaron a nosotros, los del Curso XVII). Cómo no recordar a los Cadetes Avendaño, Rairán, Jaime Cubillos, Bernal, el paisa Dahl, Aranguren, Piedrahita, el Lobo Pimiento, o a todos los demás del XVIII, que fueron nuestros hermanos durante esos años de estudio, de deportes, de cruceros, de alegrías y sinsabores. Cómo no recordar nuestro célebre “Batallón Aurora”, al que pertenecimos muchos hasta por 45 días por tener los zapatos mal colocados en la laca, o por tener el fusil sucio después de tremendas sesiones de orden abierto y cerrado en el patio lleno de caracolejo, a veces con lluvia, con los consiguientes gritos de “¡Tenderse!” y “¡Avanzar!”.

Han pasado los años, y en el inexorable viaje al más allá se nos han adelantado 17 compañeros de este Curso, y 5 de los 17 que nos graduamos en el XVII un año antes. Son designios del Todopoderoso, quien debe tenerlos gozando de su gloria.

Un poco más adelante, en la misma edición de Cyber-Corredera, encontramos un gratísimo relato, en que el Sr. TF Eduardo Schroeder Soto nos cuenta las ocurrencias de su reencuentro con “Henry” Román, nuestro compañero de Curso, admirable Capitán Historiador, con el propósito de obtener mayor información para el estudio en que estaba empeñado.

Y arrancando de estos recuerdos, fueron llegando a mi memoria los Cadetes Awad Maestre, dos hermanos, uno del XXI y otro tal vez del Curso de Eduardo Schroeder, Roberto Guerrero, Hernán Galvis Rubio, Edgar Garay Rubio, Germán Plazas, Yunda, Luis Carlos Jaramillo, José Augusto Rojas, Vidales, y otros muchos que durante mi no muy larga permanencia en la Armada, tuve la suerte de tener como compañeros en diferentes Reparticiones de la Armada en Cartagena, Barranquilla o Bogotá, quienes, algunos de ellos, llegaron a tener Grados y Cargos de alto rango en la Institución.

Habiendo pasado ya los umbrales de 83 años de existencia, después de haber desarrollado tantas y tantas actividades, los recuerdos van llegando desordenados y atropellándonos. Al hablar Eduardo Schroeder de Enrique Román, recordé a Margoth, su querida esposa, y a Tarsicio Ochoa, en ese tiempo Teniente de Corbeta recién graduado, hermano de ella. No recuerdo bien si Tarsicio era compañero mío en la tripulación de ARC 20 de Julio, (el viejo, el 05), o era el Paisa Jorge Dahl el compañero.

En todo caso, por allá en 1958, salimos a vacaciones y junto con Jorge Dahl y otro Oficial de quien no he podido recordar el nombre, salimos para Medellín en un carrito Morris Minor que tenía Jorge. Las carreteras en ese tiempo eran destapadas, llenas de piedras sueltas en algunos casos, o de barro en otros. Las aventuras en esos viajes eran imprevistas. Había en esos días mucho invierno en la zona y varias veces tuvimos que bajarnos “los patos” al barrial, para empujar el carrito que navegaba sobre esa masa bituminosa con el Teniente Dahl en la cabrilla, ayudado por una “primera” poderosa que tenía el Morris.

El hecho es que llegamos, disfrutamos de nuestras vacaciones (yo vine hasta Cali), y al regreso, la Señora madre de Tarsicio nos encargó de llevar a Cartagena cajas y paquetes llenos de manjares deliciosos para su hijo.

Salimos llenos de ilusiones para la costa. Llovía, llovía y llovía. ¡Qué mala suerte! Llegando al paraje de Ventanas, donde por años hubo un foco de derrumbes, encontramos que se había desprendido un gran pedazo de montaña, arrastrando a su paso la vía. Lo que nos demoró ahí parados como día y medio. En medio de la nada, no se conseguía qué comer. Solamente había unas naranjas paludas y amargas, producto de una finca cercana, en la anterior época de sequía. Le llevamos a Tarsicio las magníficas intenciones de su señora madre, pues hasta de los empaques nos deshicimos en el derrumbe. No recuerdo la reacción del afectado. La recordará Tarsicio?

P.D. Me abstuve de citar los consabidos QEPD, para que los recuerdos sigan vivos en nuestros corazones.

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CYBER-REPORTAJE:

ALM. LEONARDO SANTAMARÍA GAITAN

¿Señor Almirante Leonardo Santamaría Gaitán, Comandante de la Armada Nacional de Colombia, cuéntenos cómo fueron sus primeros años, su niñez, adolescencia

y vida familiar?

Nacido en Barranquilla, como hijo de Oficial del Ejército destinado en esa ciudad, donde nacimos 3 de los hijos. Mi padre posteriormente fue destinado al Batallón de Artillería TARQUI en Sogamoso, ciudad donde llegue a la edad de 5 años y donde pasamos nuestra niñez y adolescencia.

Soy el 4 de 5 hijos, 3 hombres y 2 mujeres.

¿Cómo hijo de un distinguido Oficial del Ejército empezó la disciplina militar desde niño?

Si, desde niño fuimos educados dentro de los conceptos de la disciplina y respeto basado en principios y valores.

¿Cuál su primer contacto con la Armada Nacional?

Compañeros de colegio que regresaban en su periodo de universidad y compartieron sus experiencias con nosotros.

¿Qué lo motivó ingresar a la Armada y no al Ejército como su hermano (QEPD) y quién fue su competencia en esgrima?

Me motivo el deseo de conocer el trabajo de un espacio tan incierto y formidable como es el mar. Mi hermano (Q.E.P.D)

prefirió seguir los pasos de mi padre y efectivamente era un excelente esgrimista con el cual disputábamos en justa competencia los primeros lugares en estos torneos.

¿Cómo fue su ingreso a la Escuela Naval de Cadetes?

Ingrese el 7 de julio de 1977 en forma sola me presente en la guardia de la escuela y a partir de ese instante quedo bajo control de un Brigadier encargado de todo el proceso de incorporación.

¿Qué sintió el primer día de recluta?

Algo de desasosiego y tristeza al reconocer que ya realmente me encontraba solo y que debía a partir de ese momento enfrentar mi decisión y aprender a caminar solo.

¿Cuál es la anécdota que más tiene presente de la ENC?

Ceremonia de entierro del pez “Oscar” para el cual se realizó todo un ceremonial con Banda de Guerra, destacamento de cadetes con paso fúnebre y sección de reclutas en papel de lloronas … realmente un manicomio!!!

¿Qué podría decir de sus brigadieres, guardiamarinas y superiores en la ENC?

Que todo era un proceso de aprendizaje y como superiores de un futuro oficial, marcan positiva o negativamente la formación del mismo. Siempre son un referente para el cadete.

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¿A quién recuerda de sus compañeros?

Muchísimos, de los cuales compartimos tiempos de escuela, donde el grupo se convierte en una hermandad y posteriormente en el grupo de Oficiales, donde se encuentra un apoyo y compañerismo.

¿En qué materia le fue mejor?

Todas las relacionadas con números. Me representaba un reto muy rico a enfrentar y resolver

¿Qué profesor dejó en usted la huella más grata?

Alberto Comas, por su profesionalismo y claridad mental para explicar procesos complejos en forma clara y elemental.

¿A qué oficial admiró más de cadete?

CTCIM Ancizar Molano, por su profesionalismo y deseo de apoyar el proceso de formación a través del ejemplo.

¿Qué hizo el primer día de franquicia?

Dormir y correr!!!

¿Cuantas novias tuvo de cadete y cómo conoció a su linda esposa Elisa, hija del muy apreciado oficial naval “Tortugo Sueco”

Beltrán?

Conocí a mi esposa Eliza Beltrán en alguna actividad de la Escuela Naval, dado que había llegado primero, donde su padre estaba en comisión y donde coincidencialmente mi hermano también

estaba en esa misma escuela y en algún momento hizo el comentario de que yo existía en la ENAP…. Ese fue el punto

inicial de contacto.

¿Cómo cadete antiguo se consideró caníbal o madre?

Madre; Mi remoquete era “Sor María”!!!

¿De los embarques cuál y qué recuerda con nostalgia?

A bordo del ARC Boyacá en crucero Cadete hacia Buenaventura donde se presentaron incidentes en el Buque que lo dejo por varias horas a la deriva y para el regreso que era por vía aérea. El bus que nos llevaba Buenaventura a Cali se varó por problemas de motor y finalmente el avión también presentó una falla que obligo a que nos cambiáramos de aeronave. Quedamos convencidos que en el curzo había un “salado”.

¿Una síntesis de su crucero en el ARC Gloria, en 1980 con el Contingente 74?

Contingente 75 … Una primera expectativa porque el crucero contemplábamos de 8 puertos en Europa y finalmente fue ajustado a solo 4 puertos; Norfolk y Boston en EEUU y Lisboa y Cádiz en Europa.

¿Formó parte de la banda de guerra?

Desde mi primer año hice parte de la Banda de guerra, pertenecí al grupo de gaiteros ENAP.

¿Cuál fue su mejor desfile?

Bogotá 1980 por la acogida que tuvo la ENC en Bogotá y había sido calificado como la mejor escuela en desfilar.

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¿Después de tantos años qué añora de esa época?

La hermandad que se alcanzó con el grupo de compañeros y la vitalidad o energía para participar en extenuantes campeonatos de esgrima que exigían un excelente estado físico.

Por favor una síntesis de su vida como Oficial Naval

Mi primera destinación real fue como Comandante del buque Nodriza ARC “Hichamón”, en la Tagua (Putumayo). Posteriormente me embarque a/b del ARC Antioquia en el año 84 justamente 8 días después del atraque de esta unidad en Cartagena, donde tuve la fortuna como Oficial Naval de servir en un Buque de Guerra que contaba con todas las capacidades de guerra moderna y todos los equipos y sistemas funcionaban. Eso fue una bendición para mi formación, la cual se desarrolló a bordo de las Fragatas ARC Antioquia, ARC Independiente y finalmente en el ARC Caldas como Comandante.

Tuve la oportunidad de realizar el curso de Estado Mayor en la Academia de la Escuela Naval de Chile y desempeñe entre otros cargos la Jefatura Departamento de Operaciones de la FNC, el Comando del Comando Especifico de San Andres y Providencia.

Serví en la agregaduría Naval en Inglaterra y Representante permanente de Colombia ante la O.M.I, fui Director General Marítimo, Jefe Planeación ARC, Comandante Fuerza Naval del Caribe y Jefe Operacionales Navales.

¿Cuál fue su mejor buque?

Todos… Cada Buque tiene su propia identidad que lo hace único.

¿Sus importantes logros en Dimar- como Director?

El principal creo que fue el haber logrado la autorización del Gobierno Nacional para satisfacer un crecimiento de la institución, en más de 250 cargos a nivel País que permiten una mayor eficiencia en la ejecución de las tareas de la Autoridad Marítima.

Cuéntenos, su momento más difícil

Uno de recordar es la extracción de unas tropas de Infantería de Marina por el peligro que corría la operación en tierra y su necesidad de embarcarlos y retornarlos a Buenaventura … las condiciones meteomarinas adversas generaron un altísimo nivel de riesgo en las más de 10 maniobras de aproximación y embarque de este grupo de Infantería de Marina en donde cada maniobra estaba en riesgo la vida de estos marinos.

¿En la hora presente, como COARC y uno de los Almirantes más admirados y estimados de la Armada Nacional, su mayor reto?

Mi mayor reto es poder continuar el cumplimiento del derrotero trazado por mis antecesores, es nuestro sueño al año 2030, hacer los ajustes pertinentes en la institución para adaptarlos de una manera eficiente a un país en tránsito hacia la paz, en donde la ARC debe ser influyente para contribuir al desarrollo del país en el ámbito marítimo.

Un esfuerzo adicional que obliga a un mejor trabajo, dada la continuidad de amenazas y fenómenos ilegales que nos obliga a actuar tanto en el esfuerzo armado como el no armado.

¿Cuál es su opinión sobre Cyber-Corredera y los servicios que presta a la Familia Naval?

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Un excelente medio para mantenernos en contexto como una sola y gran familia naval, donde a través de anécdotas, hechos y actividades, mantenemos esa integridad naval.

¿Le gusta el Pañol de la Historia?

El Pañol de la Historia tiene un gran valor, de ahí aprendemos y entendemos acciones pasadas y su preocupación en la actualidad.

Una empresa como la Armada, llena de tradiciones e historias deba mantenerse vigente por toda la vida.

¿Qué debemos mejorar?

Va muy bien!!! .

¿Por favor, un mensaje para enviar a la Familia Naval?

La familia Naval en un concepto que sólo entendemos los marinos, como una gran institución que independientemente de los tiempos y jerarquías permanece conceptualmente incólume. En su vocación de mantenerla como una comunidad de apoyo a toda una Armada Nacional.

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YO CADETE FIRPO, III

Balandra Real "Vasaorden", con 18 Cadetes remeros

Por: Luis Eduardo Schroeder Soto, 24-026 Desde Suecia.

Capítulos anteriores:

Yo Cadete Firpo, I: “En vísperas de la gran aventura”

Publicado en la Cyber Corredera No 176, (2015.10.30).

Yo Cadete Firpo, II: “Por fin el viaje a Suecia”

Publicado en la Cyber Corredera No 177, (2015.12.02).

UNA ESCUELA PARA CABALLEROS QUE SE HACEN A LA MAR

Armas del Reino de Suecia.

Cumplidos dos (2) meses (1955.08.05-1955.10.02) en la bella ciudad de Gotemburgo, atendiendo intensivos estudios de la lengua sueca, y profundo repaso en otras asignaturas, en la Escuela Superior de Comercio (Universidad de Gotemburgo), llegué por fin junto con mis compañeros Firpos a la capital Estocolmo, en horas de la tarde del domingo 2 de octubre de 1955. El placentero viaje en tren había tomado seis (6) horas, y en la Estación Central, luego de despedirnos de nuestro Capitán Jorge Berrío Posada, que viajaba en el mismo vagón, abordamos un bus que nos conduciría a la pequeña población Näsby Park, en la Comuna de Täby, a una (1) hora por carretera al Norte.

En esta idílica villa, a orillas de la ensenada Näsby, en el archipiélago interno de Estocolmo, sobre el Mar Báltico, se encuentra el señorial Palacio de Näsby (Näsby Slott). Construido en 1665 para el Conde Per Larsson Sparre, Almirante de la Real Armada de Suecia. En 1897 un incendio destruyó una parte de la gran mansión, pero relativamente pronto, en 1905, fue comprado por otra familia noble, que le devuelve su esplendor, y lo habita hasta 1941, cuando fuera adquirido por la Real Escuela de Guerra Naval fundada en 1756 (Kungliga Sjökrigsskolan, KSS), como sede para la formación de Oficiales, incorporando para ello modernas edificaciones adyacentes, destinadas a aulas, laboratorios, armería, servicios de intendencia, alojamientos, un magnífico coliseo cubierto con

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Gustaf VI Adolf

amplios locales para gimnasia, deportes menores, sauna, etc., y armoniosamente integradas con los hermosos jardines aledaños, canchas y campos para ejercicios y deportes mayores. Lógicamente no podía faltar un amarradero para embarcaciones menores, botes veleros y balleneras. Todas estas magníficas instalaciones para saludable recreación, eran compartidas con los colegios y organizaciones deportivas de la Comuna. En 1987, este popular establecimiento pasó a convertirse en un Centro de Conferencias de las Fuerzas Militares de Suecia, siendo trasladada la Escuela Naval a locales íntimamente integrados con las Bases de la Armada.

Era Rey de Suecia, Gustaf VI Adolf, desde el 29 de octubre de 1950. Sus nombres completos eran: Oscar Fredrik Wilhelm Olaf Gustaf Adolf. Comandante de la Real Flota de Suecia el Vicealmirante Stig H:son Erikson (1953-1961), ascendido a Almirante en 1961. Como Director de la Escuela

(1953-1958), se desempeñaba el Comodoro Sven Samuel Gustaf David Hermelin, de familia de alta alcurnia, quien sería relevado del cargo en la primavera de 1958, por el Comodoro Hans Gustaf Otto Carlsson Uggla (1958- 1964), también de ascendencia noble. El Teniente de Fragata (Löjtnant) C. H. W. G:son Frithz, nos acompañaría como Comandante de Curso, durante toda

nuestra formación en la Real Escuela. A la sazón, Colombia no contaba con Embajador en Suecia, siendo representada por un Encargado de Negocios.

El Teniente de Corbeta (Fänrik) Friefelt, destinado a ser nuestro superior más inmediato, fue la primera persona en darnos una cordial bienvenida, y acto seguido, nos guio en nuestra instalación en cómodos camarotes para dos (2) alumnos, compartiéndolos con compañeros suecos. Nuestro curso ocupaba un piso completo en uno de los dos (2) edificios destinados para alojamientos. Cada piso contaba con una amplia sala de estar en uno de sus extremos. Allí, antes de llegar la hora para la cena, recibimos las primeras instrucciones y orientación, sobre las instalaciones de la Escuela, servicios, reglamentos, horarios, rutinas, y los programas más inmediatos que nos esperaban.

El lunes 3 de octubre de 1955, empezaba nuestra nueva vida con un “da capo” en reclutada que nos enorgullecía, cobijados con el Pabellón de Guerra del Reino de Suecia, ciñéndonos a sus leyes y tradiciones, integrándonos en la cultura e idiosincrasia de su pueblo, y contribuyendo nosotros con nuestro mayor respeto, agradecimiento, y alegría, haciendo nuestros sus avanzados conocimientos y experiencias, en las artes que, un día coronando nuestros estudios, llevaríamos con nosotros de regreso a nuestra Patria. De ahora en adelante, diaria y cumplidamente a las ocho de la mañana durante cuatro largos años consecutivos, izaríamos con honores la Insignia de la Armada de Suecia.

El Palacio de Näsby

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Vicealmirante Stig H:son Ericson
Pabellón de Guerra e Insignia de la Armada de
Suecia

Los contingentes de alumnos en la KSS no se identificaban con un número específico, sino se valían para su registro, del año en que se iniciaban los “cursos”, correspondiendo el nuestro a 1955. Estábamos divididos en dos (2) líneas de estudios a saber: la Naval Militar y la de Artillería de Costa. La Naval Militar estaba a su tuno dividida en dos (2) grupos: el de Servicio Activo, y el de Servicio en Reserva, que permanecerían integrados siguiendo exactamente el mismo pensum de formación. Los primeros seguiríamos la carrera naval regular al ser graduados, y los segundos, pasarían a la vida civil prestando anualmente un par de meses en servicio regular, y atendiendo cursos para sus correspondientes ascensos. En el grupo de Servicio Activo, había alumnos en las líneas de Ingeniería

y Economía, que sólo nos acompañarían durante la primera fase de Aspirantes, pasando luego a continuar sus estudios profesionales en sus respectivas Universidades, incorporándose anualmente algunos meses en unidades a flote y dependencias en tierra, hasta su respectivo grado en la Real Armada. Los oficiales destinados a la Marina Mercante, no eran considerados como profesionales militares, y por consiguiente no se formaban en la Real Escuela, siendo preparados en cursos especiales en algunas Universidades Técnicas (Politécnicos) del país, y lógicamente tampoco pertenecían al escalafón de reservistas. En nuestro curso en la línea Naval Militar para Servicio Activo, éramos inicialmente 32 Aspirantes en total, y llegados al segundo grado de

cadetes, se nos unieron dos Tenientes de Corbeta de la categoría de Oficiales de Compañía, con el objeto de refrendar su carrera en la categoría de Oficiales de Regimiento, que era la nuestra. Sobre estas categorías trataré abajo.

Los diez (10) Cadetes Firpos nos iniciábamos como Aspirantes en la línea Naval Militar de Servicio Activo de la Real Armada de Suecia. De ser yo Cadete 24-026 Schroeder en la Escuela Naval de Cadetes (ENC) en Cartagena, pasaba a ser Aspirante 143 Schroeder en la Kungliga Sjökrigsskolan (KSS) en Näsby Park. A Cadete de primer curso, sería ascendido con el mismo número a fines de agosto de 1956.

Queda en su lugar mencionar los grados por los que pasaríamos en la KSS, para llegar al “Examen” (promoción) para Oficial. Se iniciaba con un año completo como Aspirante, seguido por dos años como Cadete, denominados sencillamente Primero y Segundo cursos, y se finalizaba como Cadete Abanderado (Flaggkadett) equivalente a Guardiamarina en la

ARC. Estos grados estaban equiparados en el escalafón de servicio, con los respectivos altos grados en la línea de mando, que en la ARC corresponden a “Suboficiales”, para efectos de la asignación de las correspondientes tareas, durante el tiempo de embarque, siendo así que, la instrucción que se recibía en la KSS, comprendía una parte de estudios teoréticos en tierra, alternados con otra parte de servicio activo a bordo de unidades a flote, prácticamente de la misma duración e intensidad. En esta forma se conseguía mantener las añejas tradiciones que, durante siglos, regían para la formación de hombres de mar, destinados a ejercer el mando como Oficiales de la Real Flota. Sobre

Instalaciones de la KSS. Primer plano Plaza de Armas con proa, ancla y cañones de un navío antiguo. Detrás, edificio de Aulas y Laboratorios. Fondo, dos edificios para alojamientos y servicios especiales

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Real Escuela de Guerra Naval

mi servicio a bordo de diferentes buques de la Flota sueca, trataré ampliamente en el Capítulo siguiente, Yo Cadete Firpo, IV.

Vale agregar que la categoría de “Suboficiales”, no existe en las Fuerzas Armadas de Suecia, considerándose tal denominación poco acertada laboralmente, a razón del sentido de “inferioridad de situación” que conlleva el prefijo “sub”. Entonces, aquellos también son clasificados como Oficiales, siguiendo un escalafón paralelo compuesto de grados con nombres e insignias propios, acuerdo a la respectiva fuerza armada. Además, el grado más alto al que éstos llegan, es equiparable con el de Capitán en nuestro Ejército, o Teniente de Navío en la ARC. Resumiendo, tenemos que la categoría castrense de “Oficial” en las Fuerzas Armadas de Colombia, corresponde a la llamada en Suecia “Oficial de Regimiento”, y la de “Suboficial” colombiano, a la de “Oficial de Compañía” sueco. Sin duda, tal homogenización retórica de la oficialidad castrense en Suecia, redunda en armoniosa y respetuosa fortificación de la solidaridad del elemento humano, en una organización que se identifica con una misma conciencia social.

Volviendo a la profesionalización de los estudios y servicios de los alumnos de la KSS, ésta los hacía lógicamente acreedores, a una justa y puntual remuneración mensual, con primas y viáticos acuerdo a lo estipulado en la ley laboral de Suecia. El hecho de que un joven ciudadano, para ingresar a la Real Escuela, no sólo debería cumplir con los más estrictos requisitos para su admisión, siendo nacional sueco, mayor de edad, con las mejores cualidades físicas, sociales y académicas cumplido un grado de Bachiller, alcanzado con las mejores calificaciones, sino que inclusive ofrendaría voluntariamente otras oportunidades e intereses de la vida civil, en aras de tener el honor de convertirse en Oficial de la Real Armada, era, y es, una razón de peso para hacerse acreedor a una justa indemnización durante la larga fase de su formación profesional.

En conexión con este asunto, se presentó un imprevisto impasse con lo que regiría para los alumnos colombianos. Todo empezó en ocasión de una charla que yo tuviera con mi compañero sueco, en nuestro camarote. Habiendo recibido él su salario, se interesó por saber si yo también había firmado la correspondiente nómina, a lo que tuve que explicarle que, nosotros los colombianos, por no ser nacionales suecos, no teníamos derecho de recibir remuneración alguna de Suecia, como tampoco lo hacíamos de nuestra Armada. Sorprendido, me indagaba sobre la forma como yo atendía mis gastos personales, no quedándome entonces otra alternativa fuera de confesarle que, tenía la suerte de bandearme con algunos dólares que mi Padre me facilitara y, además, no era mucho lo que yo precisaba para mis gastos a cuenta de mi propio bolsillo. Alarmado mi compañero por lo que él interpretaba como “menoscabo de un derecho”, dio noticia de esto al Comandante de nuestra Compañía, y pronto la propia Dirección de la Real Escuela tomó cartas en el asunto para esclarecer y solucionar lo que acontecía. Relativamente pronto, quedó confirmado por la instancia competente, que los cadetes en la Escuela de Cartagena, no recibían remuneración alguna y, además, que los enviados a Suecia “no dependían administrativamente” de aquella, habiendo sido trasladados a la correspondiente Escuela de formación en Suecia, bajo la supervisión del Comando de la Operación Firpo con sede en Gotemburgo. Ésta a su turno,

declaró no tener asignado presupuesto para atender tales costos. En resumen, sencillamente quedó constatado que los Firpos nos encontrábamos en un vacío estipendial.

Lo confirmado por la ENC en Cartagena, de haberse desprendido de responsabilidades administrativas para con los alumnos becados en Suecia, es un dato de suma importancia al que, a su debido tiempo, Mi Teniente Schroeder se referirá llegándole su turno de aclarar ciertos asuntos de crucial trascendencia, que definirían su continuidad en su carrera como Oficial de la ARC.

Pasados unos días, la Dirección de la Real Escuela había llegado a una diplomática solución. El Sr. Comodoro Hermelin nos hizo llegar información sobre lo determinado por las autoridades suecas, resumiéndose en que, independientemente de cómo la parte colombiana solucionara el impasse de la falta de remuneración para los cadetes venidos de Cartagena, los diez (10) Firpos recibiríamos mensualmente del Estado de Suecia, la suma asignada como subsidio para estudios concedido, sin excepción alguna, a los estudiantes en universidades y escuelas técnicas en todo el país, incluyendo a los extranjeros becados en éstas. ¡Santo remedio! …proveniente de una democracia y burocracia funcionales. Esto no era otra cosa que un derecho obvio, en una sociedad que valora los esfuerzos de sus ciudadanos. Consecuentemente, de Colombia no recibiría yo un solo centavo asignado a mi bolsillo particular, durante todos los años de mis estudios y labor, que en efecto hacía integrado en el sistema de vida en Suecia, y confieso que lo que me prodigaba este Reino, no sólo me bastaba para atender mis costos y obligaciones personales con honorabilidad, sino que henchía mi espíritu de orgullo y agradecimiento. Esta reflexión no quedaría plenamente ecuánime, si en mi pretenciosa ecuación de autonomía, no reconociera con agradecimiento, la elevada fianza que mi Padre cumpliera en aportar a la Escuela Naval en Cartagena, sin la cual jamás hubiera yo tenido ni el mero chance, de poner mis asentaderas en un aula de la Real Escuela en Näsby Park. Garantías de tal índole nunca tuvieron que satisfacer mis compañeros suecos, como tampoco oyeron hablar de costos de incorporación y matrículas previas, y aun así todos sin excepción se graduaron de oficiales de la Real Armada de Suecia.

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Aspirantes Contingente 1955 – Marcha de la Escuadra (Musköteri) para izada de la Insignia Naval en el Patio de

Armas. Sobre Aulas izquierda, central de Meteorología. Al fondo edificio de Administración

Fue en verdad mucho lo que me impactara, apenas iniciándome en las rutinas y actividades en la Real Escuela. Lo primerísimo fue el trato respetuoso y gentil entre todos los integrantes de la gran familia naval en Suecia. Una conciencia de honorabilidad, profesionalidad, responsabilidad y camaradería, impregnaba el ambiente desde lo cotidiano hasta lo extraordinario, y obviamente el deber, la intención, y la palabra, lucían con la caballerosidad del marino de pura cepa. La disciplina era severa por antonomasia, y no por implantación a la fuerza. La “letra” se

transmitía con inteligencia, y nunca introduciéndola con sangre. Bajo tales atmósfera y primicias, no había cupo para “citas a relación” y, consecuentemente, los plantones con remo, las tendidas con flexiones, los trotes nocturnos, las

rutinas disciplinarias, y tantos otros métodos tropicales, que en la ENC de Bocagrande sólo redundaban en deteriorar la salud, y por ende la concentración y prestación en los estudios de los cadetes, ni siquiera se asomaban en la mente de los más lanzados a concebir extravagantes fantasías en la KSS de Näsby Park. Puedo agregar que, durante todo el tiempo de mis estudios y formación en Suecia, nunca llegué a enterarme de que algún cadete hubiese sido públicamente sancionado por algo. Obviamente, no siendo ésta una escuela para “santurrones”, no faltaban las llamadas de atención, y las oportunas correcciones, en tono severo y explícito, si necesario.

Ese respetuoso y esmerado trato entre personas, se observaba igualmente para con lo material, puesto en las manos, al servicio, o bajo la responsabilidad del individuo. Así, por ejemplo, el equipo personal, los uniformes y prendas para el servicio, eran completamente gratuitos y renovables, lo que no implicaba que siempre fueran nuevos. La ropa más cercana al cuerpo, se recibía en cantidad suficiente para una semana, pudiendo cambiar la usada los días viernes por mudas lavadas y aplanchadas, de la misma talla del usuario. El calzado era igualmente trocable por un par remontado, o con suerte, hasta por uno completamente nuevo. Los uniformes de calle, propios para las diferentes estaciones del año, eran de fabricación nueva, pero las prendas exteriores más pesadas, como capotes, impermeables, camuflajes, guantes y gorros para invierno, perfectamente podían ser nuevos o de segunda mano en perfecto estado, y en todos los casos ajustados a las dimensiones del alumno.

Para las franquicias y en ocasiones especiales, a los Firpos se nos instruyó emplear nuestros propios uniformes, acuerdo al reglamento y ceremonial de nuestra Armada. Ante tal excepción en algo tan importante y trascendental como es el uniforme, que identifica la nacionalidad y arma del usuario, pronto entendí que, no sólo se trataba de un gesto de grato aprecio hacia lo nuestro, sino que detrás de esto se traslucía un genuino interés en aras de provechosa publicidad, no sólo por parte de la KSS, sino en verdad de todas las unidades de la Real Armada, en las que prestábamos nuestro servicio, siendo así que, con legítima complacencia hacían pública nuestra presencia a bordo, en ocasiones de representación o de justificada y permitida publicidad en visitas que se hacían a puertos, en certámenes entre escuelas de los países vecinos,

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etc. Así fue que, con cierta frecuencia, se publicaban en diarios y revistas, amenos artículos con fotografías de los exóticos cadetes colombianos, incluyendo los comentarios que nos sacaban en sus lanzadas entrevistas, con prioridad acerca de nuestras experiencias integrándonos en el hábitat nórdico, no faltando las lisonjas que nos prodigaban, a razón de los avanzados conocimientos de la lengua sueca. En verdad todo un fenómeno publicitario, rotundamente opuesto, o poco equitativo respecto a los intereses de nuestra Armada, que nos había exigido mantener bajo rigurosa confidencialidad, todo lo relacionado con nuestra presencia en entrenamiento en Suecia. No obstante, en este país en donde reina una legítima libertad de prensa, la noticia sobre la importantísima adquisición por parte de Colombia, de dos destructores construidos en Suecia, de la más alta tecnología, dotados del armamento más moderno, y sofisticados sistemas para la guerra en el mar, era lo primerísimo que se “trombonaba” por doquiera. Como ejemplo, incluyo una fotografía tomada a bordo del destructor HMS Uppland (1956.08.02), que encabeza un largo artículo en un periódico, con el estrambótico título “Cadete de Colombia a bordo del Uppland. Prefiere naturalmente la Flota y las damas antes que el pescado”. Como se ve, nuestro propio Comandante de curso, Teniente Wilhelm Frithz, hace parte de la coreografía.

Los Aspirantes Eduardo Schroeder y Torbjörn Hullman, de Bogotá y Estocolmo

respectivamente, cumplen el mismo servicio a bordo del Uppland. Es el Teniente Wilhelm

Frithz quien da la orden

No era sólo en Suecia que se divulgaba la presencia de los Cadetes Firpos, sino también en Colombia, como lo hizo la revista Semana de marzo 1958, con un extenso artículo de cuatro páginas (24 a 27), incluyendo significativas fotografías, de las que incluyo una tomada durante maniobras en el invierno de 1957.

De izq. a der. Oscar Fernández, Roberto Gómez, Camilo Trujillo, Edgardo

Bermúdez y Álvaro Campos. En maniobras de invierno 1957. Revista

Semana de marzo 1958

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Calibrando pistolas. Eduardo espera su turno.
Luger Naval, 9 mm. Parabellum

Como armamento de servicio en la Real Escuela, una vez obtenido el ascenso a Cadete de primer curso, recibí de dotación una poderosa pistola “Luger Naval” de fabricación alemana, con munición de 9 mm Parabellum, en lugar del tradicional fusil en la ENC en Cartagena. Los fusiles se retiraban de la armería, sólo para ejercicios de tiro, o ser empleados como armamento de la escolta del Pabellón Naval, y honores a su izada diaria. Como curiosidad vale agregar que, el fusil no se portaba “al hombro”, sino “a la correa” colgando del hombro. La única ocasión durante toda mi estadía en la KSS, en que yo registrara el porte de un fusil al hombro, ocurrió cuando mis compañeros Roberto Gómez y Oscar Fernández, escoltaron

nuestro Pabellón de Colombia, siendo yo el “abanderado”, en ceremonia especial organizada para los Firpos en el Palacio de Näsby, el sábado 2 de febrero de 1957, a razón de que los tres compañeros del Contingente XXV, Raúl Acuña, Jorge Beltrán y Antonio Laborde, cumplieran con nuestro tradicional “Juramento a la Bandera”. Una ceremonia por cierto algo excepcional a los ojos de nuestros colegas suecos, dado que juramentos de tal índole no hacían parte del ceremonial militar en Suecia. De “prometerse” algo sería al Rey, pero esto sólo acontecía de forma simbólica cuando se entonaba la “Canción al Rey”, no teniendo Suecia por aquellos años un himno nacional, como tampoco un día de celebración nacional, sencillamente porque Suecia era, y es, una Monarquía y no una República.

Volviendo a la pistola de “dotación”, ésta estaba destinada a acompañar al Cadete, y hecho Oficial, el resto de su vida de servicio activo, al igual que retirado en la reserva. En esta forma, debía yo llevarla y utilizarla siempre como parte de mi equipo militar, en todas partes a la que fuera trasladado, e inclusive tenerla conmigo durante las vacaciones. A la víspera de nuestro viaje de regreso a Colombia, luego de nuestro grado de Oficiales, facultativamente, los Firpos entregamos de vuelta nuestras pistolas, sin que nadie nos lo requiriera.

Hablando del Rey… por aquel entonces era la Cabeza de la Iglesia de Suecia; una iglesia evangélica luterana de episcopado histórico, habiendo abandonado su obediencia al episcopado romano, tras adherirse a los postulados de la Reforma Protestante, decidida en Suecia por un Consejo de Gobierno en

1527. Es de importancia anotar que el nombre de Iglesia de Suecia, es anacrónico, como lo es el de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, y que tan tarde como es el año 2000, se separó del Estado de Suecia, identificándose como la “Iglesia Evangélica Luterana de la Población del Reino de Suecia”, habiendo atendido durante siglos, con ejemplar celo y eficacia, el registro civil de todos los habitantes de Suecia. Hasta 1951 era obligación de la población, pertenecer o asociarse a una organización religiosa aprobada por el Reino, antes de poder separarse de la Iglesia de Suecia, o sea que aquel año se estableció la libertad de culto.

Esto lo traigo a colación a razón de que, para ser Oficial de nuestra querida Armada, era “obligación” no sólo pertenecer, sino también practicar la Confesión Católica en todos sus mandamientos; una evidencia en la que yo no había reflexionado, hasta presentarse el caso de uno de nuestros compañeros, candidato a convertirse en Firpo, al haberse abstenido de asistir a misa un domingo, durante los meses de nuestra larga espera en Cartagena (Yo Cadete Firpo, I). Citado a “relación” por tal motivo, al dar una explicación el compañero sostenía no ser católico, haciéndose por tal razón acreedor a una llamada de atención, en la que se le recordaba que, para ingresar a la Escuela Naval, un requisito ineludible era ser bautizado y confirmado en la Iglesia Católica Apostólica y Romana. Entonces, habiendo él aportado copias de las correspondientes “Partidas”, se le había dado crédito a su Confesión y, por consiguiente, tenía

la obligación de cumplir, entre tantos otros, con el “Primer mandamiento de la Santa Madre Iglesia”, que impone «…Oír misa entera los domingos y fiestas de precepto…». Ante tal certidumbre, el aludido tuvo que someterse, pero

más tarde, una vez cobijado por la Ley en Suecia, se vanagloriaba reconociendo que, por estas latitudes, no había nadie que le recriminara las libertades que sólo atañían a su conciencia. Queda en su lugar agregar que, durante el par de meses de estudios universitarios en Gotemburgo, susodicho camarada, encantado y voluntariamente, claro está, nos acompañaba a misa los domingos.

Mencionaba con anterioridad el limitado uso del fusil en el servicio, lo que me invita a agregar que los alumnos de la Escuela en Suecia, no eran involucrados en actividades que no siguieran el saturado pensum, estipulado para su formación profesional como marinos de guerra, u ocupaciones que interfirieran en sus estudios y rutinas establecidas. Por tal razón no participaban en eventos tales como paradas militares, pelotones de escolta, o haciendo calles de honor en ceremonias de bienvenida, inauguración de congresos, celebraciones varias, y mucho menos como “edecanes” de señoritas candidatas en concursos de belleza, sólo a razón de contribuir con su presencia y gallardos uniformes, en la coreografía de los espectáculos. Y ya que me encuentro dilucidando las grandes diferencias que existían, en el empleo del valiosísimo tiempo destinado a la formación de hombres de mar, en la KSS era completamente ajeno poner a los cadetes a tocar instrumentos de bandas de guerra, prefiriendo dejar esas artes en manos y bocas de expertos enrolados y asalariados para tales fines. Se debe reconocer que, detrás de estas desproporciones, juega un papel fundamental las tradiciones, tan estrechamente asociadas con el folclor de los

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pueblos. Además, queriendo ser condescendiente con lo

 

nuestro, la comparación resultaría más ponderada si agrego que,

 

por un largo tiempo, yo fui tambor de la Banda de Guerra en

 

Bocagrande, pudiendo hacer alarde de haberlo hecho bastante

 

bien. No obstante, al estropeársele el tambor a un Cadete de un

 

curso superior, sencillamente me “aplicó la antigüedad”

 

apoderándose él del mío, resultando en que, en aquella ocasión,

 

me tocó someterme a marchar en la tropa con fusil. El relato lo

 

redondeo a mi favor, agregando que, no sólo por fortuna, me

 

escogieron para formar la primera fila del batallón del desfile,

 

sino que, me agradó de tal manera, que no dudé en

Royal Yacht Britannia.

definitivamente cambiar el tambor por el fusil.

Un par de excepciones, por cierto, muy honrosas, existían en la regla de asiduidad en torno al servicio de los Cadetes Navales en Suecia, sólo en vigor para los alumnos del curso de Aspirantes y, como comentaba, muy aferradas a la tradición. La primera consistía en prestar guardia de honor en el Palacio Real, un solo día al año, preferiblemente un domingo, y la segunda, tripular como remeros la pomposa Balandra Real llamada “Vasaorden” (Orden de Vasa), que exclusivamente se usa en ocasiones de visitas reales, o de Jefes de Estado que llegasen a bordo de buques de sus respectivas Marinas de Guerra, y también en opulentas ceremonias oficiales de la Corona. En esta forma correspondió a nuestro curso remarla en conexión con la visita oficial que la Reina Elizabeth II, de Gran Bretaña, hiciera a Estocolmo en compañía del Príncipe Consorte Philip, el día viernes 8 de junio de 1956, arribando en el HMY Britannia (Royal Yacht Britannia), recientemente (1954.12.11) asignado como Yate de Estado o representación de la Corona Británica. El cortejo fue recibido entonces por el Rey Gustaf VI Adolf de Suecia.

Reina Elizabeth II, de Gran Bretaña visita Estocolmo, 1956.06.08.

Aspirantes del Contingente 1955 tripulan la Balandra Real “Vasaorden”

La balandra, del tipo de “salón”, es de propiedad de la Armada de Suecia. La original, inspirada en balandras y góndolas antiguas, de magnífico diseño y costosa elaboración, fue construida en 1774, pero al ser totalmente destruida por un incendio en 1921, una copia exacta fue puesta en servicio en 1923. Tiene una eslora de 17,9 m, manga 3,1 m y calado 1,2 m, con un desplazamiento de 12 toneladas. Es comandada por un oficial con el grado de Capitán, que hace de timonel a popa, y lo asisten dos (2) oficiales para la retrasmisión de órdenes, y otros oficios especiales de ceremonial naval, uno a media cubierta y otro a proa, todos en uniforme de gala. Para su propulsión se emplean nueve (9) pares de remeros, y uno de reserva también va a bordo presto a actuar. Yo me inscribí entre los voluntarios a ser entrenados para remarla, pero echada a la suerte los escogidos a tripularla, infelizmente no salí favorecido, perdiéndome así de tan grande honor.

Otro de los asuntos en la Real Escuela, que contrastaba acentuadamente de lo establecido en la Escuela Naval en Bocagrande, en la que los Firpos fuéramos inicialmente educados, estaba en el plano de la rutina diaria, específicamente en conexión con el número de “formaciones generales” de los cadetes en el curso de 24 horas, lo que supuestamente influyera directamente en el nivel y calidad de la autonomía, tanto en lo que atañe al desempeño individual, como en la coordinación de las facultades profesionales del elemento humano que se pretendía forjar. Tratando yo de recordar la cuota de formaciones del Batallón de Cadetes completo en Bocagrande, llegaba a un total de nueve (9) diarias por aquel entonces (1955), a saber: al alza arriba, para paso al desayuno, paso a las aulas, izada

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del Pabellón Nacional, paso al almuerzo, paso a las aulas, paso a la comida, para actividades varias, y previa a la recogida. Es posible que se me haya escapado alguna pudiendo acontecer, por ejemplo, que saliendo de los comedores también se formara alguna vez. Este alto número de formaciones generales, desentonaba marcadamente con una (1) sola de todos los alumnos en la Escuela en Näsby Park, siendo la tradicional para la izada del Pabellón de Guerra a las 08:00 horas.

Para tomar los alimentos, por ejemplo, unos minutos antes de la hora señalada nos congregábamos a discreción en

Juramento a la Bandera de Colombia. Ceremonia en el Palacio de Näsby Park

el patio, frente a la entrada del comedor, o adentro en el foyer, dependiendo de las condiciones meteorológicas de la estación, y allí compartíamos jovialmente entre compañeros, correctamente uniformados acuerdo a la etiqueta del momento. Era el “Ama de casa”, jefa de la Comisión de Alimentación en persona, quien puntualmente saliera a invitarnos a pasar al gran salón, lo que hacíamos en completo silencio, siendo recibidos por una decena de “doncellas” más jóvenes las más, y menos jóvenes las menos, refinadamente uniformadas, quienes, con una delicada inclinación de su cabeza, se adherían al cortés saludo de su jefa. Una vez llegados a nuestros puestos señalados, esperábamos de pie, frente a mesas elegantemente acicaladas con manteles blancos, cubiertos resplandecientes y servilletas individuales. Al tomar asiento el Guardiamarina de servicio, en mesa destacada junto con tres cadetes invitados, el resto seguíamos su ejemplo, y así el refrigerio se tornaba en un acto que invitaba a disfrutar de los alimentos, que las amables camareras nos traían a la mesa. Que yo recuerde, nadie se perdía voluntariamente de asistir a esos ratos sociales, que se hacían aún más gratos con las cortas visitas que nuestra amable anfitriona nos hacía a las mesas, acompañada de una de sus ayudantes, siempre atenta en verificar que todo lo que se nos ofrecía, estuviese a nuestra plena satisfacción.

Hablando de rutinas y procedimientos, otro asunto en el que infelizmente se presentaron discrepancias, entre las normas de la Real Escuela en Näsby Park, y lo determinado por la Escuela Naval en Cartagena, estaba en conexión con lo estipulado para las vacaciones de los alumnos colombianos. Es de recordar que una de las cláusulas, acordadas entre las partes para poder viajar a Suecia (Yo Cadete Firpo, I), versaba textualmente como sigue:

«…La duración aproximada de su ausencia en el exterior será de cuatro (4) años, sin incluir viajes de vacaciones, o visitas no oficiales, de vuelta a Colombia…».

Al llegar el momento de las vacaciones programadas para los alumnos en Näsby Park, estaba entendido que todos, sin excepción, deberían salir a disfrutar de ellas. La Ley en Suecia no sólo obligaba al patrono, o instancia correspondiente, a conceder vacaciones reglamentarias al empleado, o personal bajo su tutela, sino también obligaba al aludido a descansar de su labor o actividad, haciendo uso de éstas. En esta forma la KSS suspendía actividades, incluyendo servicios de logística, y aprovechaba para poner en marcha trabajos de mantenimiento, implicando que nadie tuviera acceso a sus instalaciones, lo que súbito resultaba en que los Firpos, voluntaria y temporalmente alejados de la tierra patria, no tenían para dónde coger.

Nuevamente, la Dirección de la Real Escuela se vio involucra en un delicado problema, más aún cuando éste se presentaba con muy corto aviso previo. Otra vez ésta salía en laudable auxilio nuestro. No entro a reseñar la forma como lo hiciera, tan personal para cada uno de nosotros, pero respecto a lo mío, confieso que fui felizmente privilegiado, gracias a la familia de mi queridísima “Fröken” en Gotemburgo (Yo Cadete Firpo, II). Su padre, Herr

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Escolta del Pabellón de Colombia en el Palacio de Näsby Park

Larsson, no sólo hacía mío su propio hogar, invitándome a pasar mis vacaciones en su residencia de verano, sino también optó muy cordialmente, en dar noticia de esto al Comodoro Hermelin, Director de la Real Escuela, quien más que complacido, impartiera instrucciones para que se me proveyera con los pasajes necesarios para mi transporte. A partir de entonces, durante los años de mis estudios en la KSS, gozaría sin falta de tan grande beneficio, partiendo del lugar en que a la sazón me encontrara, coordinando mi retorno destino a la localidad de mi próximo servicio.

Mencionaba un par de veces anteriormente, al Guardiamarina de servicio, y no de guardia, a razón de que ningún sistema de división por guardias, estaba establecido para los cadetes con pie en tierra en Näsby Park, o sea que no estábamos involucrados en prestar servicio como centinelas, como tampoco funcionaban imaginarias de ninguna naturaleza. Existía sí un plan detallado para la defensa de la Escuela, pero para los servicios específicos de vigilancia de las instalaciones, y otros conexos como control de incendios, emergencias varias, etc., se empleaba unidades de la Real Armada especializadas para tales tareas. Todo siguiendo la política que inicialmente mencionaba, basada en minimizar el empleo del tiempo de los alumnos, en labores que los apartaran de sus intensivos estudios, y actividades adicionales. Cabe agregar que el sistema de “Brigadieres” tampoco existía, y consecuentemente un “Brigadier Mayor” no se

requería. Los cadetes abanderados (guardiamarinas), rotaban ejerciendo el mando pertinente en áreas, maniobras y ocasiones específicamente militares.

Tocando el tema de los estudios, la Real Escuela de Guerra Naval, era una institución educativa que, como mínimo, cabalmente cumplía con el pensum y requisitos académicos de una Escuela Superior (Universidad) en el área técnica, en este caso especializada en la preparación de profesionales altamente competentes para tripular y comandar las unidades de tierra y mar,

de la Armada de un país que, durante siglos, se ha mantenido a la vanguardia en la construcción y mantenimiento de su propia flota, famosa por su más avanzado diseño, sofisticado armamento, y ultramodernos equipos y sistemas de operatividad en todas las ramas de las artes navales. Es digno de destacar que, las patentes, y la industria de armamento a emplear en el aire, mar y tierra, eran, y son en ese orden, las más valiosas “joyas” de las exportaciones de Suecia, seguidas por la industria nuclear no bélica, junto con una amplísima gama de ecosistemas alternativos para la generación de energía; una combinación “sui generis” que dice todo sobre la idiosincrasia sueca.

En ese mar tecnológico, navegábamos los Firpos empleando la propia lengua de nuestros anfitriones, cláusula que se nos exigió respetar desde el primerísimo día en Näsby Park. Para demostrar hasta qué grado de fidelidad profesional, mi consciente, proclive a la noble competencia, había evolucionado durante mis años de formación en la Real Escuela, me será muy grato, por falta de cupo en esta Corredera No. 179, dejar para la próxima No. 180, la publicación de la que llamo “Anécdota Intrépida”, con la que cerraré la parte que me había propuesto para describir lo correspondiente a nuestros estudios en tierra, en la Real Escuela de Näsby Park. Más adelante, Dios mediante, cumpliré en reseñar la parte que tocará nuestra intensa e interesantísima experiencia a bordo de unidades a flote de la Real Flota de Suecia, junto con algunas sorpresas de carácter personal, que sin duda animarán la lectura.

Hasta entonces… ¡Terminado con las máquinas!

Luis Eduardo Schroeder Soto.

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151 JÓVENES INGRESAN A LA ESCUELA NAVAL PARA SER OFICIALES DE LA ARMADA NACIONAL

Una nueva singladura ha comenzado en la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”, luego de un arduo proceso de selección, 151 jóvenes colombianos entre ellos 37 mujeres, ingresaron como Aspirantes con el deseo de convertirse en Oficiales de la Armada Nacional u Oficiales de la Marina Mercante.

El grupo corresponde a los contingentes Naval 148, de Infantería de Marina 100 y Mercante 48, quienes luego de despedirse de padres y familiares comenzaron un proceso de adaptación a la vida naval militar, que alcanzará su primer peldaño con la ceremonia de entrega de armas y juramento a la bandera, el 18 de marzo del presente año.

En estos primeros meses los jóvenes aprenderán a acatar órdenes, a tener disciplina y trabajar en equipo, interiorizando los valores y principios institucionales que los prepararán para afrontar la etapa como Cadetes en el alma mater de la Oficialidad Naval colombiana.

La Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla” está comprometida con la formación integral en las dimensiones del ser, saber y el hacer, de estos hombres y mujeres que han decidido servirle al país, protegiendo el azul de la bandera, desde la Armada Nacional.

CYBER-POEMA

Elucubraciones de un marino Errante - Por CF(ra) Carlos Enrique Ortiz Rangel / NA 75-032

Cuando zarpa un Marinero de esta vida a otra vida / las estrellas y los vientos lo acompañan a favor/ los recuerdos y nostalgias de sus puertos conocidos/ nos mitigan su partida, la amargura y el dolor/ su memoria es marca eterna de sus logros obtenidos/ su familia y sus amigos prenda cierta de su amor/ ya navega rumbo fijo puerto eterno conocido/ Marinero que navegas por el Mar del mas allá/ no olvidado recordado siempre siempre quedarás.

En homenaje póstumo al Sr Capitán de Navío JOSE NOEL ARDILA PINILLA (Q.E.P.D)

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CYBER-ZAFARRANCHO-GRAFICO

CONSEJO DE HISTORIA NAVAL ENTREGA CAMPANA SIMBOLICA AL SR. COARC

El Presidente del Consejo de Historia Naval Valm. Carlos Enrique Ospina Cubillos hizo entrega al Comandante de la Armada Nacional Alm. Leonardo Santamaría, de una réplica de la “campana simbólica” en una amable y grata reunión en su despacho.

CUMPLEAÑOS DE PILY SANDOVAL

El día 13 de enero de 2016 El Sr Coronel IM Antonio Sandoval, brindo un almuerzo de compañeros en su apartamento en la ciudad de Barranquilla, con ocasión del cumpleaños de su hija Pily.

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“PALAS PESADAS” DE ALEMANIA Y COLOMBIA CON SUS AGREGADOS

Agregados Navales de Colombia y Alemania, con sus Comandantes de Armada, en Cartagena, el día de la ceremonia de arribo de los dos nuevos submarinos.

AÑO NUEVO EN EL CLUB NAVAL

El Club Naval de Oficiales se lució con su fiesta de fin de año. Excelente comida, buena champaña y fuegos pirotécnicos.

Fotos de la mesa de la familia Jaramillo, Calderón, Velandia y Molano, quienes recibieron el año nuevo con champaña y comiendo uvas según la tradición.

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XII CAMPEONATO DE TENIS PETI- ROJO REALIZADO EL 2 Y 3 DE ENERO DEL 2016

EN EL CLUB NAVAL DE OFICIALES.

El Sr. Ex presidente Samper quedó como el competidor más fiel del torneo. El Sr. Almirante Rafael Grau Araujo recibió el trofeo como el competidor veterano del torneo y el Capitán de Navío Alejandro Gracia ganó la copa al Espíritu Deportivo. Se coronó como campeona la señora Eugenia Lemaitre.

ELEGANTE MATRIMONIO EN PAIPA

El pasado 16 de enero de 2016, contrajeron matrimonio Yolanda Oramas Maldonado con Hugo Reyes Pacheco, Yoly es hija del Capitán de Navío (RA) Carlos Oramas y de Yolanda Maldonado, la ceremonia se llevó a cabo en la hacienda Camino Histórico de la ciudad de Paipa, sitio que guarda grandes huellas de la historia colombiana. Muchas fueron las sorpresas para Yoly y para Hugo, quien es argentino nacionalizado en Australia.

Los festejos se iniciaron el viernes 15 con un crucero nocturno por el lago de Sochagota a bordo del barco “Libertad”, construido por el padre de la novia, donde se degustaron picadas típicas boyacenses. Amenizaron la velada una orquesta con música tropical y la serenata romántica con trío que calentaron el ambiente de una noche llena de estrellas y paisajes inolvidables.

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El sábado 16, a la hora del ocaso, se inició la solemne ceremonia religiosa en la capilla de la misma hacienda, oficiada por el Padre Miguel Ángel, un misionero que bendijo la unión con una homilía de mucha significancia y recordación para los novios y los asistentes.

Posteriormente el papá de la novia, saludó a los invitados agradeciendo su compañía, con un brindis por la felicidad, la prosperidad y muchos nietos en el nuevo hogar. Unos juegos pirotécnicos dieron inicio a una cena de gala y a la apertura del festejo con hora loca y francachela, muy al estilo de los carnavales del once de noviembre cartagenero.

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Y para cerrar la celebración, el domingo 17 reunidos en la hacienda con un sol y día espectacular, con ambiente boyacense se ofreció un asado llanero, que sirvió de desenguayabe y para despedir a Yoly y a Hugo quienes fijaran su residencia en Melbourne, Australia.

DISFRUTANDO EXQUISITO CAFE

El pasado viernes 22 de enero, en la cafetería Oma del CAN, el CN Carlos Escobar y los CR IM Juan C. Franco y Adolfo Hernández fueron pillados por un Cyber- paparazzi, degustando un Oma-expresso.

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HACE MAS DE 8 LUSTROS.

Por: Cronista Golfistico.

El día 14 de enero de 1975, ingresan a la Escuela Naval de Cadetes, los contingentes NR 70 (128 cadetes) y MC 25 (25 cadetes), siendo el CBEN el Sr. CN Luis Carlos Jaramillo Peña y uno de los Oficiales de Planta el Sr. TF Mario Rubianogroot Román.

CN(RA) RUBIANOGROOT, VA(RA) GALVIS, CA(RA) JARAMILLO, CA(RA) MANZANERA

Hoy hace 41 años, coinciden el día de la reanudación de los encuentros golfisticos del grupo “ARRECIFES”, 4 de ellos, como son el Sr. Almirante Jaramillo, el CN Rubianogroot y los antiguos cadetes reclutas Ricardo Galvis y José Benjamín Manzanera, únicos del contingente en alcanzar el almirantazgo.

Como dato altamente curioso el Sr. Almirante Jaramillo, fue Comandante del ARC “Gloria” en el año 1977 y le correspondió llevar al mismo contingente naval, al crucero IX por el Mediterráneo.

El Sr. Almirante Luis Carlos Jaramillo Peña, envía un saludo de felicitación a sus pupilos de antaño.

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CYBER-CORREO DE LA ARC LULU

¡Y miles de agradecimientos al Dr. Jorge Serpa Erazo, alias Enfermero Pinto, al TN Francisco Rodríguez Aguilera, Cyber- editor, y al CR IM Chepe Calderón Zambrano, Cyber-corresponsal en La Heroica, queridos compañeros que laudablemente no sólo hacen posible, sino, además, convidan hinchiendo de entusiasmo, a los mismísimos protagonistas de la Historia de nuestra gloriosa Armada, en aras de que dejen vivas sus valiosas memorias, al alcance de la humanidad en ese eterno universo, cuyas puertas nos abre nuestra formidable Cyber Corredera!

Cordiales abrazos a los mencionados, haciéndolos extensivos a la gran familia de Cyber-correderos, que copartícipes nos congratulamos por esta grata celebración.

Luis Eduardo Schroeder Soto/ 24-026

Enfermero Pinto gracias por tantas manifestaciones de unión y solidaridad a través de sus Cyber publicaciones y mensajes. Que esta navidad junto con sus colaboradores y familias sean colmadas de mucho amor paz y felicidad. Gracias de nuevo por mantenernos unidos alrededor de la Cyber corredera.

Jesús Morales Rivera / 66-015

Mi estimado enfermero Jorge, te deseo feliz año y por tu conducto a todos los colaboradores de La Corredera y a toda la familia naval.

Soy Gustavo Mendoza Vargas (39-137) y te quiero solicitar el favor para que La Cyber-corredera me sea enviada a partir de la fecha, al email: gusmendoza55@gmail.com.

Mil gracias y los mejores votos con un gran abrazo.

Gustavo.

Cyber-Corredera

E-mail: enfermero@cybercorredera.com

Suscripción gratuita. Derechos Reservados.

Se invita a divulgar la información aquí contenida, citando la fuente. Si usted no desea seguir recibiendo este

informativo virtual, por favor infórmelo vía e-mail

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EL EQUIPO DE LA CYBER-CORREDERA

DIRECTOR

CYBER-EDITOR

CYBER-CORRESPONSAL

JORGE SERPA ERAZO

FRANCISCO RODRIGUEZ A.

JOSE RAMON CALDERON Z.

38-082

74-065

38-004

 

 

 

 

 

 

 

 

enfermero@cybercorredera.com editor@cyber-corredera.de

Y una gran cantidad de escritores y fotógrafos distribuidos por todo el mundo, que nos comparten sus recuerdos, pensamientos, inquietudes y correos: A todos ellos el equipo de la Cyber-Corredera desea expresarles un agradecimiento muy grato por todas sus contribuciones.

CYBER-MASCARON DE PROA

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