|| Informaciones, opiniones, invitaciones y mas ...
Estimados Cybercorrederos:
Han pasado 32
años desde aquel 7 de enero de 1977 en que entramos algunos jóvenes a la
escuela almirante Padilla persiguiendo un sueño que tal vez en aquel
entonces no teníamos claridad de su costo. Recuerdos las primeras noches en
los "ranchos" y como se escuchaban llantos de reclutas que no sabían el
precio en sudor y lagrimas que se debía pagar por la osada aventura.
La
terrible escuadra invencible es objeto de risa en estos momentos pero en
aquella época era un símbolo de terror; era la prueba final antes de dejar
con amargura el deseo de convertirse en oficial naval. No era importante el
pensar en los bajos salarios que recibiríamos si nos graduáramos como
tenientes de corbeta. No era importante que no pudiésemos acceder a las
comodidades de la vida civil y en una hermandad no buscada continuamos
durante un tiempos en las "trincheras" de la vida de cadete con una firmeza
que otros podrían admirar.
Yo me fui después de un año, realmente no me
di cuenta a que horas ocurrió. Yo había pedido autorización a mi padre para
pedir la baja al segundo mes de haber ingresado a la escuela. Mi padre no
dijo "si ni no" en aquella época, solo recordó mi compromiso de que debería
permanecer por lo menos un año. No entendí el planteamiento de mi padre en
aquel entonces. Pronto logre adaptarme, termine el primer semestre sin
perder matrerías y luego el segundo de igual forma. Incluso me sentí a
gusto en algunas materias y hasta eximí el examen de alguna de ellas. Mas
trabajo me costó el estudiar francés, casi la pierdo.
Al final del 2do semestre y como termine "limpio" me coloque las palas de 2do año pero por
muy breves momentos pues el capitán Silva me sorprendió con la noticia de
que ya habí a llegado la solicitud de baja (ya ni recordaba) autorizada por
mi padre. Me interrogó si ese era mi verdadero deseo. Quise pensarlo un
poco pero un instante y tal vez sin estar seguro de mi decisión dije que
sí. Después ya todo era un proceso casi automático y pronto me vi vestido
de civil y añorando los viejos tiempos.
Mi gran amigo Roy se fue después de
2 años, Ciro se retiro a las pocas semanas de ingresar y el Zorrillo se
graduó de oficial de infantería de Marina. Martínez, Botero(+) y Parody
fueron grandes tipos y en ese entonces estaba convencido que la vida de
marinos era para ellos. No me equivoque con Parody mas si con Botero(+).
Borda se fue antes que yo, Char no recuerdo pero en todo caso fue mas
fuerte que muchos de nostros. Felipe se incapacito y no regreso de su
incacapacidad, simplemnte se evadio... pero con los documentos en regla.
Chaljub nunca paro de reír en la adversidad y el gordo Matallana se
adelgazo hasta donde no mas. Recuerdo a Matallana imitando al Capitan
Silva, mas tarde me lo encontraría en la vida civil con gran agrado.
Iván era gracioso pero Tabares con sus descomunales pies nos se quedaba atrás;
Tabares no se daba por vencido fácilmente y continuó. Yo creía que el se
iría un poco después de mi, pues lo creía mas un civil que militar pero era
aun muy temprano para un diagnóstico certero y la vida demostró que seria
un gran marino al igual que el pato (que ya fue ascendido a ganso) y
"D'artagnan" asi Simón Bosa llamaba al hoy marino de helicóptero almirante
Amaya.
Tabares tenía porte militar, muy inteligente, soportaba con bravura
y tenia hidalguía pero además reía, reía mucho. Tabares era el amigo de la
compañía, buen compañero de estudio, pero sobre todo un gran militar.
Lo conocimos en uniforme y en toalla, lo vimos en la legión extrajera, lo
observamos galopar y nunca se rindió.
Muchos años después las emboscadas de
los civiles lo pondrían a prueba en estas luchas legales en los grises
estrados judiciales.
Estoy convencido de su inocencia al igual que estoy
convencido que existe la fraternidad de las trincheras.
Creo con firmeza
que es en este momento en que los malos vientos golpean su nave y que se
encuentra en peligro de zozobrar esa fraternidad se pone a prueba.
Un abrazo
Dr. Juan Ramón Abello
NA 74-005